Encontrados 34 resultados para: indignación

  • Yo los recogeré de todos los países en que los he arrojado en mi cólera, mi furor y mi gran indignación. Los volveré a este lugar y haré que habiten en él con seguridad. (Jeremías 32, 37)

  • Pues esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: Como se derramó mi furor y mi indignación sobre los habitantes de Jerusalén, así se derramará mi furor sobre vosotros si marcháis a Egipto. Seréis objeto de execración, de horror, de maldición, de oprobio y de vergüenza, y no volveréis a ver más este lugar". (Jeremías 42, 18)

  • Rogad también por nosotros al Señor Dios nuestro, porque hemos pecado contra él y todavía hoy no se ha retirado de nosotros la indignación y la ira del Señor. (Baruc 1, 13)

  • Serás oprobio y vituperio, ejemplo y horror para las naciones circunvecinas, cuando yo haga en ti justicia con indignación y furor, con terrible venganza. Yo, el Señor, he hablado. (Ezequiel 5, 15)

  • Mientras Pablo los esperaba en Atenas, se llenaba de indignación al contemplar la ciudad llena de ídolos. (Hechos 17, 16)

  • ¿Qué tienes tú que decir en contra, si Dios, queriendo manifestar su indignación y dar a conocer su poder, soportó con gran paciencia a los que estaban preparados para la destrucción; (Romanos 9, 22)

  • Considerad lo que esa tristeza querida por Dios ha producido en vosotros: qué solicitud, qué disculpas, qué indignación, qué temor, qué deseos, qué emulación, qué escarmiento. Demostrasteis ser totalmente inocentes en este asunto. (II Corintios 7, 11)

  • Si os indignáis, no lleguéis a pecar y que vuestra indignación cese ates de que se ponga el sol; (Efesios 4, 26)

  • Y juré en mi indignación: No entrarán jamás en mi descanso". (Hebreos 3, 11)

  • Entremos, pues, nosotros, que hemos creído, en el descanso, según lo que dijo: Y juré en mi indignación: ¡No entrarán jamás en mi descanso! Las obras de Dios ya estaban acabadas desde la creación del mundo. (Hebreos 4, 3)


“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina