Encontrados 2936 resultados para: fe

  • Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que han alcanzado una fe no menos preciosa que la nuestra mediante la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo. (II Pedro 1, 1)

  • Por eso debéis esforzaros en añadir a vuestra fe virtud, (II Pedro 1, 5)

  • que pronto abandonaré, según me ha manifestado nuestro Señor Jesucristo. (II Pedro 1, 14)

  • con lo cual nos confirmamos más aún en la palabra de los profetas. Por tanto, vosotros mismos hacéis bien en poner en ella vuestra atención, como en lámpara que luce en lugar tenebroso hasta que alboree el día y el lucero de la mañana despunte en vuestros corazones. (II Pedro 1, 19)

  • Ante todo sabed que ninguna profecía de la Escritura es objeto de interpretación personal, (II Pedro 1, 20)

  • pues los profetas nunca hablaron por su propia cuenta, sino que hablaron de parte de Dios movidos por el Espíritu Santo. (II Pedro 1, 21)

  • Como hubo falsos profetas en el pueblo, también habrá entre vosotros falsos maestros, los cuales enseñarán doctrinas de perdición, negarán al Señor que los redimió y se buscarán una ruina fulminante. (II Pedro 2, 1)

  • especialmente los que siguen los deseos impuros de la carne y desprecian la autoridad del Señor. Atrevidos y arrogantes, no tienen miedo en blasfemar contra los seres gloriosos, (II Pedro 2, 10)

  • ése será el pago merecido por su injusticia; encuentran su felicidad en el placer de un día; hombres corrompidos e inmundos, se gozan en sus engaños mientras banquetean con vosotros; (II Pedro 2, 13)

  • encontró la reprensión de su falta de honradez cuando una muda bestia de carga habló con voz humana y frenó la insensatez del profeta. (II Pedro 2, 16)

  • En efecto, si después de haber escapado de la corrupción del mundo mediante el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo se dejan de nuevo envolver y vencer por ellas, su estado final viene a ser peor que el primero. (II Pedro 2, 20)

  • Recordad las palabras que os anunciaron los santos profetas, y el mandamiento del Señor y Salvador transmitido por vuestros apóstoles. (II Pedro 3, 2)


“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina