Encontrados 2936 resultados para: fe

  • éste examinará al enfermo, y si ve que la lepra cubre todo su cuerpo, lo declarará puro, pues, una vez que se ha vuelto todo blanco, es puro. (Levítico 13, 13)

  • Si la parte afectada no tiene el pelo blanco, ni la piel hundida y la mancha ha ido desapareciendo, aislará durante siete días al enfermo. (Levítico 13, 21)

  • el sacerdote examinará la llaga; si la llaga está más hundida que la piel y el pelo se ha vuelto amarillento y ralo, declarará impuro al enfermo: es tiña, la lepra de la cabeza y de la barba. (Levítico 13, 30)

  • Si en el reconocimiento de la llaga tiñosa el sacerdote no ve la piel hundida ni el pelo amarillento, aislará al enfermo durante siete días, (Levítico 13, 31)

  • el enfermo se rasurará, excepción hecha de las partes afectadas por la tiña, y el sacerdote lo aislará durante otros siete días, (Levítico 13, 33)

  • al cabo de los cuales volverá a examinar la tiña; si no se ha extendido por la piel ni se ha hundido en ella, declarará puro al enfermo. (Levítico 13, 34)

  • el sacerdote lo examinará; si la tiña se ha extendido por la piel, no tiene ya necesidad de examinar si el pelo se ha vuelto amarillento: el enfermo es impuro. (Levítico 13, 36)

  • el sacerdote las examinará; si las manchas que hay sobre la piel son de un color blancuzco, se trata de eczema que ha brotado en la piel; el enfermo es puro". (Levítico 13, 39)

  • El vestido, de cualquier clase que sea, afectado por la lepra, deberá ser quemado por el fuego, porque es lepra contagiosa. (Levítico 13, 52)

  • mandará lavar el objeto infectado y lo aislará otros siete días. (Levítico 13, 54)

  • Si, después de lavado, el sacerdote ve que la mancha no ha cambiado de aspecto, aunque no se haya extendido más, el objeto es impuro; será echado al fuego, porque está infectado por el derecho y por el revés. (Levítico 13, 55)

  • Si la mancha vuelve a aparecer en el vestido, se trata de una lepra activa; el objeto infectado será echado al fuego. (Levítico 13, 57)


“Resigna-te a ser neste momento uma pequena abelha. E enquanto esperas ser uma grande abelha, ágil, hábil, capaz de fabricar bom mel, humilha-te com muito amor perante Deus e os homens, pois Deus fala aos que se mantêm diante dele humildemente”. São Padre Pio de Pietrelcina