Encontrados 228 resultados para: Piedra viva
Adonías mató ganado menor y mayor y animales cebados junto a la piedra de Zojélet, situada cerca de la fuente de Roguel, e invitó a todos sus hermanos, los hijos del rey, y a todos los varones de Judá, servidores del monarca. (I Reyes 1, 9)
En efecto, hoy ha matado bueyes, animales cebados y ganado menor en gran cantidad y ha invitado a todos los hijos del rey, a los jefes del ejército y a Abiatar, el sacerdote. Están comiendo y bebiendo en su compañía y gritan: ¡Viva el rey Adonías! (I Reyes 1, 25)
Betsabé se inclinó rostro en tierra y dijo: "¡Viva mi señor, el rey David, por siempre!". (I Reyes 1, 31)
Allí Sadoc, el sacerdote, y Natán, el profeta, lo ungirán por rey de Israel. Y vosotros tocaréis la trompeta y gritaréis: ¡Viva el rey Salomón! (I Reyes 1, 34)
Sadoc, el sacerdote, tomó del tabernáculo el cuerno del óleo y ungió a Salomón. Entonces se tocaron las trompetas y todo el pueblo gritó: "¡Viva el rey Salomón!". (I Reyes 1, 39)
El rey ordenó que se trajesen grandes bloques de piedra para cimentar el edificio con piedras sillares; (I Reyes 5, 31)
Todo el interior del edificio era de cedro con bajorrelieves de coloquíntidas y guirnaldas de flores. Todo era cedro. No se veía la piedra. (I Reyes 6, 18)
En el arca no había más que las dos tablas de piedra, que puso allí Moisés en el Horeb, cuando el Señor hizo la alianza con los israelitas a su salida de Egipto. (I Reyes 8, 9)
Entonces Yehoyadá hizo salir al hijo del rey y le impuso la corona y las insignias, lo proclamó rey y lo ungió. Y todos aplaudieron y gritaron: "¡Viva el rey!". (II Reyes 11, 12)
Y el rey de Asiria ordenó: "Llevad allá uno de los sacerdotes que trajisteis cautivos para que viva con ellos y les enseñe el culto del Dios del país". (II Reyes 17, 27)
David quitó de la cabeza de Milcón la corona de oro, que pesaba treinta y cuatro kilos; y la piedra preciosa que había en ella fue puesta en la corona de David. El botín que tomó en la ciudad fue inmenso. (I Crónicas 20, 2)
Yo mismo con mi trabajo he podido reunir para el templo del Señor tres mil cuatrocientas toneladas de oro, treinta y cuatro mil toneladas de plata y una cantidad incalculable de bronce y de hierro. He preparado también madera y piedra, a la cual tú añadirás más. (I Crónicas 22, 14)