Encontrados 245 resultados para: nuevo comienzo

  • escucha tú desde el cielo: perdona el pecado de tu pueblo Israel y tráelo de nuevo a la tierra que les diste a ellos y a sus padres. (II Crónicas 6, 25)

  • El resto de los hechos de Salomón, desde el comienzo hasta el fin, está escrito en las Crónicas del profeta Natán, en la Profecía de Ajías, el silonita, y en las Visiones del vidente Idó acerca de Jeroboám, hijo de Nebat. (II Crónicas 9, 29)

  • El Señor estuvo con Josafat, porque él siguió los caminos que su padre había seguido al comienzo, y no buscó a los Baales, (II Crónicas 17, 3)

  • Josafat residía en Jerusalén, pero salió de nuevo para visitar a su pueblo, desde Berseba hasta la montaña de Efraím, y lo hizo volver al Señor, el Dios de sus padres. (II Crónicas 19, 4)

  • Entonces Josafat se puso de pie en medio de la asamblea de Judá y de Jerusalén, en la Casa del Señor, delante del atrio nuevo, (II Crónicas 20, 5)

  • El resto de los hechos de Josafat, desde el comienzo hasta el fin, están escritos en las Memorias de Jehú, hijo de Jananí, que se encuentran incluidas en el Libro de los reyes de Israel. (II Crónicas 20, 34)

  • El resto de los hechos de Amasías, desde el comienzo hasta el fin, ¿no está escrito en el Libro de los reyes de Judá y de Israel? (II Crónicas 25, 26)

  • El resto de los hechos de Ozías, desde el comienzo hasta el fin, fue escrito por el profeta Isaías, hijo de Amós. (II Crónicas 26, 22)

  • Porque los edomitas habían invadido de nuevo y derrotado a Judá, llevándose algunos prisioneros. (II Crónicas 28, 17)

  • El resto de los hechos de Ajaz y todas sus acciones, desde el comienzo hasta el fin, están escritos en el Libro de los reyes de Judá y de Israel. (II Crónicas 28, 26)

  • Cuando se promulgó la orden, los israelitas aportaron abundantemente las primicias del trigo, del vino nuevo, del aceite fresco, de la miel y de todos los productos del campo, y entregaron en abundancia el diezmo de todo. (II Crónicas 31, 5)

  • Jilquías y los que habían sido designados por el rey fueron a ver a la profetisa Julda, esposa de Salúm, hijo de Tocat, hijo de Jasrá, el encargado del vestuario. Ella habitaba en Jerusalén, en el barrio nuevo. Y una vez que le expusieron el caso, (II Crónicas 34, 22)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina