Encontrados 615 resultados para: corazón puro

  • Durante cuarenta años, Yavé los ha hecho caminar por el desierto, sin que se les hayan gastado los vestidos, ni se haya roto de puro viejo el calzado de sus pies. (Deuteronomio 29, 4)

  • Ojalá no haya, pues, entre ustedes hombre o mujer, familia o tribu, cuyo corazón se aparte hoy de Yavé para ir a servir a los dioses de esas naciones. Ojalá no broten entre ustedes plantas venenosas y amargas. (Deuteronomio 29, 17)

  • Volverás a él, tú y tus hijos; escucharás su voz con todo tu corazón y con toda tu alma, obedeciendo todo lo que hoy te mando. (Deuteronomio 30, 2)

  • Yavé, tu Dios, circuncidará tu corazón y el corazón de tus descendientes para que ames a Yavé con todo tu corazón y con toda tu alma y para que vivas. (Deuteronomio 30, 6)

  • porque tú habrás vuelto a Yavé, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, y guardarás sus mandamientos y sus normas, en una palabra, lo que está escrito en el libro de esta ley. (Deuteronomio 30, 10)

  • Pero, si tu corazón se desvía y no escuchas, sino que te dejas arrastrar y te postras ante otros dioses para servirlos, (Deuteronomio 30, 17)

  • Les encargo solamente que recuerden y practiquen el mandamiento de la Ley que les entregó Moisés y que es amar a Yavé, nuestro Dios, siguiendo sus caminos y observando sus mandamientos. Permanezcan fieles, sirviéndolo con todo el corazón y con toda el alma.» (Josué 22, 5)

  • Josué prosiguió: «Arrojen ahora de entre ustedes los dioses ajenos y sirvan de corazón a Yavé, Dios de Israel.» (Josué 24, 23)

  • Mi corazón está con los jefes de Israel, con los voluntarios del pueblo. ¡Bendigan a Yavé! (Jueces 5, 9)

  • A la tercera vez Dalila le dijo: «Tú dices que me amas, pero tu corazón no está conmigo. Pues por tres veces te burlaste de mí y no me confiesas de dónde te viene tanta fuerza.» (Jueces 16, 15)

  • Su marido se puso en camino y fue a visitarla para hablarle al corazón y hacerla volver a su casa. Llevaba consigo un muchacho y dos burros. Ella lo hizo entrar en la casa de su padre, el cual se alegró de verlo. (Jueces 19, 3)

  • Entonces Ana respondió: «No, señor, yo no he tomado ni vino ni cerveza; yo soy sólo una mujer apenada que desahoga su corazón ante Yavé. (1 Samuel 1, 15)


“Na igreja se fala somente com Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina