1. Al maestro de coro. De David

2. ¿Hasta cuándo, Señor, seguirás olvidándome?, ¿hasta cuándo me esconderás tu rostro?

3. ¿Hasta cuándo tendré desazón en mi alma, y en mi corazón tristeza día y noche? ¿Hasta cuándo va a triunfar mi enemigo sobre mí?

4. Mira y escúchame, Señor, Dios mío; ilumina mis ojos, no me duerma en la muerte,

5. para que no diga mi enemigo: "Le he vencido", ni gocen mis opresores al verme ya caído.

6. Yo confío en tu amor, mi corazón se alegra por tu liberación y cantaré al Señor por el bien que me ha hecho.





“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina