1. Del maestro de coro. Salmo de David.

2. ¿Hasta cuándo me tendrás olvidado, Señor? ¿Eternamente? ¿Hasta cuándo me ocultarás tu rostro?

3. ¿Hasta cuándo mi alma estará acongojada y habrá pesar en mi corazón, día tras día? ¿Hasta cuándo mi enemigo prevalecerá sobre mí?

4. ¡Mírame, respóndeme, Señor, Dios mío! Ilumina mis ojos, para que no caiga en el sueño de la muerte,

5. para que mi enemigo no pueda decir: "Lo he vencido", ni mi adversario se alegre de mi fracaso.

6. Yo confío en tu misericordia: que mi corazón se alegre porque me salvaste. ¡Cantaré al Señor porque me ha favorecido!





“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina