1. Del maestro de coro. De los hijos de Coré. Salmo.

2. ¡Pueblos todos, batid palmas, aclamad a Dios con gritos de alegría!

3. Porque Yahveh, el Altísimo, es terrible, Rey grande sobre la tierra toda.

4. El somete a nuestro yugo los pueblos, y a las gentes bajo nuestros pies;

5. él nos escoge nuestra herencia, orgullo de Jacob, su amado.

6. Sube Dios entre aclamaciones, Yahveh al clangor de la trompeta:

7. ¡salmodiad para nuestro Dios, salmodiad, salmodiad para nuestro Rey, salmodiad!

8. Que de toda la tierra él es el rey: ¡salmodiad a Dios con destreza!

9. Reina Dios sobre las naciones, Dios, sentado en su sagrado trono.

10. Los príncipes de los pueblos se reúnen con el pueblo del Dios de Abraham. Pues de Dios son los escudos de la tierra, él, inmensamente excelso.





“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina