Talált 183 Eredmények: Puertas
En seguida, llegaron los servidores y vieron que las puertas de la habitación alta estaban atrancadas. Entonces dijeron: "Seguramente está haciendo sus necesidades en la habitación ventilada". (Jueces 3, 24)
La gente elegía dioses nuevos, la guerra ya estaba a las puertas; no se veía ni un escudo ni una lanza entre cuarenta mil hombres de Israel. (Jueces 5, 8)
¡Escuchen a los arqueros junto a los pozos de agua! Allí se narran los actos de justicia del Señor, las gestas de su dominio en Israel, cuando el pueblo del Señor bajó a las Puertas. (Jueces 5, 11)
Cuando Gaal, hijo de Ebed, salió y se detuvo a las puertas de la ciudad, Abimélec y la tropa que lo acompañaba salieron de los lugares donde estaban al acecho. (Jueces 9, 35)
Samuel se quedó acostado hasta la mañana. Después abrió las puertas de la Casa del Señor, pero no se atrevía a contar la visión a Elí. (I Samuel 3, 15)
Inmediatamente, los hombres de Israel y de Judá lanzaron el grito de guerra y persiguieron a los filisteos hasta la entrada de Gat y hasta las puertas de Ecrón. Muchos filisteos cayeron heridos de muerte por el camino de Dos Puertas, hasta Gat y Ecrón. (I Samuel 17, 52)
Entonces se hizo pasar por loco públicamente y se puso a divagar delante de ellos: arañaba las puertas y dejaba correr la saliva por su barba. (I Samuel 21, 14)
Y cuando informaron a Saúl que David había entrado en Queilá, pensó: "Dios lo ha entregado en mis manos. Porque él mismo se ha cortado la retirada, metiéndose en una ciudad con puertas y cerrojos". (I Samuel 23, 7)
David estaba sentado entre las dos puertas. El centinela, que había subido a la azotea de la Puerta, encima de la muralla, alzó los ojos y vio a un hombre que corría solo. (II Samuel 18, 24)
A la entrada del lugar santísimo, hizo unas puertas de madera de olivo; el dintel y los postes tenían forma pentagonal. (I Reyes 6, 31)
Sobre las dos hojas de madera de olivo, hizo cincelar querubines, palmeras y pimpollos; revistió de oro las puertas, y aplicó oro laminado sobre los querubines y las palmeras. (I Reyes 6, 32)
y dos puertas de madera de ciprés, cada una con dos hojas giratorias. (I Reyes 6, 34)