Jueces, 6

La Biblia de Jerusalén

1 Los israelitas hicieron lo que desagradaba a Yahveh y Yahveh los entregó durante siete años en manos de Madián,

2 y la mano de Madián pesó sobre Israel. Para escapar de Madián, los israelitas se valieron de las hendiduras de las montañas, de las cuevas y las cumbres escarpadas.

3 Cuando sembraba Israel, venía Madián, con Amalec y los hijos de Oriente: subían contra Israel,

4 acampaban en sus tierras y devastaban los productos de la tierra hasta la entrada de Gaza. No dejaban víveres en Israel: ni ovejas, ni bueyes, ni asnos,

5 porque subían numerosos como langostas, con sus ganados y sus tiendas. Ellos y sus camellos eran innumerables e invadían el país para saquearlo.

6 Así Madián redujo a Israel a una gran miseria y los israelitas clamaron a Yahveh.

7 Cuando los israelitas clamaron a Yahveh por causa de Madián,

8 Yahveh envió a los israelitas un profeta que les dijo: «Así habla Yahveh, Dios de Israel: Yo os hice subir de Egipto, y os saqué de la casa de servidumbre.

9 Os libré de la mano de los egipcios y de todos los que os oprimían. Los arrojé de delante de vosotros, os di su tierra,

10 y os dije: "Yo soy Yahveh, vuestro Dios. No veneréis a los dioses de los amorreos, en cuya tierra habitáis." Pero no habéis escuchado mi voz.»

11 Vino el Angel de Yahveh y se sentó bajo el terebinto de Ofrá, que pertenecía a Joás de Abiézer. Su hijo Gedeón majaba trigo en el lagar para ocultárselo a Madián,

12 cuando el Angel de Yahveh se le apareció y le dijo: «Yahveh contigo, valiente guerrero.»

13 Contestó Gedeón: «Perdón, señor mío. Si Yahveh está con nosotros ¿por qué nos ocurre todo esto? ¿Dónde están todos esos prodigios que nos cuentan nuestros padres cuando dicen: "¿No nos hizo subir Yahveh de Egipto?" Pero ahora Yahveh nos ha abandonado, nos ha entregado en manos de Madián...»

14 Entonces Yahveh se volvió hacia él y dijo: «Vete con esa fuerza que tienes y salvarás a Israel de la mano de Madián. ¿No soy yo el que te envía?»

15 Le respondió Gedeón: «Perdón, señor mío, ¿cómo voy a salvar yo a Israel? Mi clan es el más pobre de Manasés y yo el último en la casa de mi padre.»

16 Yahveh le respondió: «Yo estaré contigo y derrotarás a Madián como si fuera un hombre solo.»

17 Gedeón le dijo: «Si he hallado gracia a tus ojos dame una señal de que eres tú el que me hablas.

18 No te marches de aquí, por favor, hasta que vuelva donde ti. Te traeré mi ofrenda y la pondré delante de ti». El respondió: «Me quedaré hasta que vuelvas.»

19 Gedeón se fue, preparó un cabrito y con una medida de harina hizo unas tortas ázimas; puso la carne en un canastillo y el caldo en una olla, y lo llevó bajo el terebinto. Cuando se acercaba,

20 le dijo el Angel de Yahveh: «Toma la carne y las tortas ázimas, ponlas sobre esa roca y vierte el caldo.» Gedeón lo hizo así.

21 Entonces el Angel de Yahveh extendió la punta del bastón que tenía en la mano y tocó la carne y las tortas ázimas. Salió fuego de la roca, consumió la carne y las tortas ázimas, y el Angel de Yahveh desapareció de su vista.

22 Entonces Gedeón se dio cuenta de que era el Angel de Yahveh y dijo: «¡Ay, mi señor Yahveh! ¡Pues he visto al Angel de Yahveh cara a cara!»

23 Yahveh le respondió: «La paz sea contigo. No temas, no morirás.»

24 Gedeón levantó en aquel lugar un altar a Yahveh y lo llamó Yahveh-Paz. Todavía hoy está en Ofrá de Abiezer.

25 Sucedió que aquella misma noche Yahveh dijo a Gedeón: «Toma el toro de tu padre, el toro de siete años; vas a derribar el altar de Baal propiedad de tu padre y cortar el cipo que está junto a él.

26 Luego construirás a Yahveh tu Dios, en la cima de esa altura escarpada, un altar bien preparado. Tomarás el toro y lo quemarás en holocausto, con la leña del cipo que habrás cortado.»

27 Gedeón tomó entonces diez hombres de entre sus criados e hizo como Yahveh le había ordenado. Pero, como temía a su familia y a la gente de la ciudad, en lugar de hacerlo de día, lo hizo de noche.

28 A la mañana siguiente se levantó la gente de la ciudad; el altar de Baal estaba derruido, el cipo que se alzaba junto a él, cortado; y el toro había sido ofrecido en holocausto sobre el altar recién construido.

29 Entonces se dijeron unos a otros: «¿Quién habrá hecho esto?» Tras indagar y buscar dijeron: «Es Gedeón, hijo de Joás, el que lo ha hecho.»

30 La gente de la ciudad dijo entonces a Joás: «Haz salir a tu hijo, y que muera, pues ha derruido el altar de Baal y cortado el cipo que se alzaba a su lado.»

31 Joás repondió a todos los que tenía delante: «¿Es que vosotros vais a salir en defensa de Baal? ¿Vosotros le vais a salvar? (El que defiende a Baal, tiene que morir antes del amanecer.) Si es dios, que pleitee con él, ya que le destruyó su altar.»

32 Aquel día se llamó a Gedeón Yerubbaal, porque decían: «¡Que Baal pleitee con él, pues le destruyó su altar!».

33 Todo Madián, Amalec y los hijos de Oriente se juntaron, pasaron el Jordán, y acamparon en la llanura de Yizreel.

34 El espíritu de Yahveh revistió a Gedeón; él tocó el cuerno y Abiezer se reunió a él.

35 Envió mensajeros por todo Manasés, que se reunió también con él; y envió mensajeros por Aser, Zabulón y Neftalí, que le salieron al encuentro.

36 Gedeón dijo a Dios: «Si verdaderamente vas a salvar por mi mano a Israel, como has dicho,

37 yo voy a tender un vellón sobre la era; si hay rocío solamente sobre el vellón y todo el suelo queda seco, sabré que tú salvarás a Israel por mi mano, como has prometido.»

38 Así sucedió. Gedeón se levantó de madrugada, estrujó el vellón y exprimió su rocío, una copa llena de agua.

39 Gedeón dijo a Dios: «No te irrites contra mí si me atrevo a hablar de nuevo. Por favor, quisiera hacer por última vez la prueba con el vellón: que quede seco sólo el vellón y que haya rocío por todo el suelo.»

40 Y Dios lo hizo así aquella noche. Quedó seco solamente el vellón y por todo el suelo había rocío.




Versículos relacionados com Jueces, 6:

Los jueces 6 cuentan la historia de Gedeón, un joven que Dios llamó a los israelitas a los israelitas en la lucha contra los madianitas. Gideon al principio demostró ser incrédulo y le pidió a Dios que probara su misión. Dios otorgó estas pruebas a Gedeón, quien finalmente reunió a un ejército para enfrentar a los madianitas. Aquí hay cinco versos relacionados con los temas cubiertos en los jueces 6, excluyendo los versos del capítulo en sí:

Génesis 15:6: "Abram creía en el Señor, y eso fue acreditado a él como justicia". Este versículo habla de la importancia de la fe en Dios, que es un tema central en los jueces 6. Gedeón inicialmente no creía que Dios pudiera usarlo para salvar a los israelitas, pero con el tiempo aprendió a confiar en el Señor y creyó en Su Palabra.

Éxodo 3:11: "¿Quién soy yo para aparecer ante el faraón y sacar a los israelitas de Egipto?" Este versículo muestra con qué frecuencia los elegidos de Dios se sienten inapropiados para la tarea que se les asigna. Justo cuando Moisés dudaba de su capacidad para liderar a los israelitas, Gideon también cuestionó su capacidad para liderar a los israelitas contra los madianitas.

Joshua 1:9: "¿No te he ordenado? ¡Sea fuerte y valiente! No se aterrorice o desanime, porque el Señor, su Dios, estará con usted donde caminas". Este versículo es un mensaje del aliento de Dios para Joshua, que está a punto de liderar a los israelitas después de la muerte de Moisés. El mensaje de coraje y fuerza es un mensaje similar al que Dios le dio a Gedeón en los jueces 6.

2 Corintios 12:9: "Pero él me dijo:" Mi gracia es suficiente para ti, porque mi poder es perfecto en debilidad ". Por lo tanto, gloré aún más felizmente en mis debilidades, que el poder de Cristo descansa sobre mí ". Este versículo habla de cómo Dios usa debilidades humanas para demostrar su poder. Gedeón era un hombre débil e incapaz, pero Dios lo usó para derrotar a los madianitas, mostrando así su poder y su gracia.

1 Samuel 17:45: "David le dijo al filisteo: 'Vienes en mi contra con una espada, lanza y dardo, pero voy en contra de ti en nombre del señor de los anfitriones, el dios de los anfitriones de Israel, a quien tu desafiado "." Este versículo habla de la importancia de confiar en Dios en tiempos de dificultad. David confió en Dios para derrotar a Goliat, y Gedeón también confió en Dios para dirigir a los israelitas contra los madianitas. Ambos hombres creían que Dios estaba con ellos y podía hacer grandes cosas a través de él.


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