Löydetty 143 Tulokset: Daniel en el foso de los leones
Pero el jefe de los eunucos les cambió el nombre: a Daniel le llamó Baltasar; a Ananías, Sidrac; a Misael, Misac, y a Azarías, Abdénago. (Daniel 1, 7)
Daniel tenía el propósito de no contaminarse con la comida del rey ni con el vino que él bebía, y suplicó al jefe de los eunucos que no le obligara a contaminarse. (Daniel 1, 8)
Dios concedió a Daniel favor y simpatía ante el jefe de los eunucos. (Daniel 1, 9)
Sin embargo, éste dijo a Daniel: "Temo que el rey, mi señor, que ha asignado vuestra comida y vuestra bebida, os encuentre más flacos que los jóvenes de vuestra edad, y así seáis la causa de que el rey me condene a muerte". (Daniel 1, 10)
Daniel dijo al inspector a quien el jefe de los eunucos había confiado el cuidado de Daniel, Ananías, Misael y Azarías: (Daniel 1, 11)
Dios concedió a aquellos cuatro jóvenes ciencia e inteligencia en materia de escritura y en sabiduría. Daniel, en particular, sabía interpretar toda clase de visiones y sueños. (Daniel 1, 17)
El rey se entretuvo hablando con ellos, pero entre todos los otros no encontró ninguno que pudiese compararse con Daniel, Ananías, Misael y Azarías; por eso quedaron ellos al servicio del rey. (Daniel 1, 19)
Daniel permaneció en la corte hasta el año primero del rey Ciro. (Daniel 1, 21)
Promulgado el decreto de matar a los sabios, fueron buscados también Daniel y sus compañeros para ejecutarlos. (Daniel 2, 13)
Entonces Daniel habló sabia y prudentemente a Arioc, capitán de la guardia real, que iba a matar a los sabios de Babilonia. (Daniel 2, 14)
Dijo a Arioc, plenipotenciario del rey: "¿Por qué un decreto tan tajante de parte del rey?". Arioc explicó la cosa a Daniel, (Daniel 2, 15)
Daniel, de regreso a su casa, informó en seguida del caso a Ananías, Misael y Azarías, sus compañeros, (Daniel 2, 17)