Löydetty 1968 Tulokset: jueces de Israel

  • el Resto de Israel. No cometerán más injusticia, no dirán mentiras, y no más se encontrará en su boca lengua embustera. Se apacentarán y reposarán, sin que nadie los turbe. (Sofonías 3, 13)

  • ¡Lanza gritos de gozo, hija de Sión, lanza clamores, Israel, alégrate y exulta de todo corazón, hija de Jerusalén! (Sofonías 3, 14)

  • Ha retirado Yahveh las sentencias contra ti, ha alejado a tu enemigo. ¡Yahveh, Rey de Israel, está en medio de ti, no temerás ya ningún mal! (Sofonías 3, 15)

  • Y dije al ángel que hablaba conmigo: «¿Qué son éstos?» Me dijo: «Son los cuernos que dispersaron a Judá (a Israel) y a Jerusalén.» (Zacarías 2, 2)

  • Y sucederá que así como habéis sido maldición entre las naciones, casa de Judá y casa de Israel, así os salvaré yo, y seréis bendición; ¡no tengáis miedo, y que se reafirmen vuestras manos! (Zacarías 8, 13)

  • Oráculo. La palabra de Yahveh, en el país de Jadrak y en Damasco, su reposo; porque de Yahveh es la fuente de Aram, como todas las tribus de Israel; (Zacarías 9, 1)

  • Después partí mi segundo cayado «Vínculo», para romper la fraternidad entre Judá e Israel. (Zacarías 11, 14)

  • Oráculo. Palabra de Yahveh sobre Israel. Oráculo de Yahveh, el que despliega los cielos, funda la tierra y forma el espíritu del hombre en su interior. (Zacarías 12, 1)

  • Oráculo. Palabra de Yahveh a Israel por ministerio de Malaquías. (Malaquías 1, 1)

  • Vuestros ojos lo verán y vosotros diréis: «¡Grande es Yahveh más allá del término de Israel!» (Malaquías 1, 5)

  • Judá ha traicionado; una abominación se ha cometido en Israel y en Jerusalén. Porque Judá ha profanado el santuario querido de Yahveh, al casarse con la hija de un dios extranjero. (Malaquías 2, 11)

  • Pues yo odio el repudio, dice Yahveh Dios de Israel, y al que encubre con su vestido la violencia, dice Yahveh Sebaot. Guardad, pues, vuestro espíritu y no cometáis tal traición. (Malaquías 2, 16)


“O sábio elogia a mulher forte dizendo: os seu dedos manejaram o fuso. A roca é o alvo dos seus desejos. Fie, portanto, cada dia um pouco. Puxe fio a fio até a execução e, infalivelmente, você chegará ao fim. Mas não tenha pressa, pois senão você poderá misturar o fio com os nós e embaraçar tudo.” São Padre Pio de Pietrelcina