Löydetty 388 Tulokset: ejército de madián

  • Decía su invocación de la siguiente forma: «Tú, Soberano, enviaste tu ángel a Ezequías, rey de Judá, que dio muerte a cerca de 185.000 hombres del ejército de Senaquerib; (II Macabeos 15, 22)

  • Pero aun con éstos, por ser hombres, te mostraste indulgente, y les enviaste avispas, como precursoras de tu ejército, que les fuesen poco a poco destruyendo. (Sabiduría 12, 8)

  • Al ejército de lo alto de los cielos pasa él revista, pero polvo y ceniza son los hombres. (Eclesiástico 17, 32)

  • Lleva el mes su nombre; crece ella maravillosamente cuando cambia, enseña del ejército celeste que brilla en el firmamento del cielo. (Eclesiástico 43, 8)

  • Porque el yugo que les pesaba y la pinga de su hombro - la vara de su tirano - has roto, como el día de Madián. (Isaías 9, 3)

  • Despertará contra él Yahveh Sebaot un azote, como cuando la derrota de Madián en la peña de Horeb, o cuando levantó su bastón contra el mar en el camino de Egipto. (Isaías 10, 26)

  • Aquel día castigará Yahveh al ejército de lo alto en lo alto y a los reyes de la tierra en la tierra; (Isaías 24, 21)

  • se esfuma todo el ejército de los cielos. Se enrollan como un libro los cielos, y todo su ejército palidece como palidece el sarmiento de la cepa, como una hoja mustia de higuera. (Isaías 34, 4)

  • Alzad a lo alto los ojos y ved: ¿quién ha hecho esto? El que hace salir por orden al ejército celeste, y a cada estrella por su nombre llama. Gracias a su esfuerzo y al vigor de su energía, no falta ni una. (Isaías 40, 26)

  • El que hizo salir carros y caballos a una con poderoso ejército; a una se echaron para no levantarse, se apagaron, como mecha se extinguieron. (Isaías 43, 17)

  • Yo hice la tierra y creé al hombre en ella. Yo extendí los cielos con mis manos y doy órdenes a todo su ejército. (Isaías 45, 12)

  • Un sin fin de camellos te cubrirá, jóvenes dromedarios de Madián y Efá. Todos ellos de Sabá vienen portadores de oro e incienso y pregonando alabanzas a Yahveh. (Isaías 60, 6)


“Uma só coisa é necessária: estar perto de Jesus”. São Padre Pio de Pietrelcina