Löydetty 3037 Tulokset: ana
"Conozco tu tribulación y tu pobreza, aunque eres rica, así como también la maledicencia de los que se llaman judíos, y no son más que una sinagoga de Satanás. (Apocalipsis 2, 9)
El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias: la segunda muerte no dañará al vencedor». (Apocalipsis 2, 11)
"Sé que tú habitas donde está el trono de Satanás. A pesar de todo, permaneces fiel a mi Nombre y no has renegado de tu fe en mí, ni siquiera en la época de Antipas, mi testigo fiel, al que mataron en el lugar donde habita Satanás. (Apocalipsis 2, 13)
El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias: al vencedor, le daré de comer el maná escondido, y también le daré una piedra blanca, en la que está escrito un nombre nuevo que nadie conoce fuera de aquel que lo recibe». (Apocalipsis 2, 17)
Pero, debo reprocharte que toleras a Jezabel, esa mujer que pretende ser profetisa, la que engaña a todos mis servidores, y les enseña a prostituirse comiendo los alimentos sacrificados a los ídolos. (Apocalipsis 2, 20)
En cuanto a ustedes, los demás de Tiatira, los que no comparten esta doctrina ni conocen ‘los secretos de Satanás’ -como dicen ellos- no les impondré nada nuevo, (Apocalipsis 2, 24)
con el mismo poder que yo recibí del Padre; y también le daré la Estrella de la mañana". (Apocalipsis 2, 28)
Sin embargo, tienes todavía en Sardes algunas personas que no han manchado su ropa: ellas me acompañarán vestidas de blanco, porque lo han merecido. (Apocalipsis 3, 4)
Obligaré a los de la sinagoga de Satanás -que mienten, porque se llaman judíos y no lo son- a que se postren delante de tiy reconozcan que yo te he amado. (Apocalipsis 3, 9)
El cielo se replegó como un pergamino que se enrolla, y todas las montañas y las islas fueron arrancadas de sus sitios. (Apocalipsis 6, 14)
Los reyes y los grandes de la tierra, los jefes militares, los ricos y los poderosos, los esclavos y los hombres libres, todos se escondieron en las cavernas y entre las rocas de las montañas, (Apocalipsis 6, 15)
y decían a las montañas y a las rocas: «Caigan sobre nosotros, y ocúltennos de la mirada de aquel que está sentado en el trono y de la ira del Cordero». (Apocalipsis 6, 16)