Löydetty 3575 Tulokset: sal
Y el otro le dijo: «En adelante ya no te llamarás Jacob, sino Israel, o sea Fuerza de Dios, porque has luchado con Dios y con los hombres y has salido vencedor.» (Génesis 32, 29)
Regresando de Padán-Aram, Jacob llegó sano y salvo a la ciudad de Siquem, en el país de Canaán, y acampó frente a la ciudad. (Génesis 33, 18)
Dina, la hija que Lía dio a Jacob, salió un día a visitar a las mujeres de aquel país. (Génesis 34, 1)
Todos los que salían por la puerta de la ciudad se dejaron convencer por Hamor y su hijo Siquem, y todos los varones de la ciudad se hicieron circuncidar. (Génesis 34, 24)
Y agregó: «Yo soy el Dios de las Alturas; sé fecundo y multiplícate. Una nación, o mejor, un grupo de naciones nacerán de ti, y reyes saldrán de tu linaje. (Génesis 35, 11)
El hombre le contestó: «Se han ido de aquí, pues les oí decir: Vámonos a Dotán. » Y José salió en busca de sus hermanos y los encontró en Dotán. (Génesis 37, 17)
al oír esto, Rubén quiso salvarlo de sus manos y les dijo: «No lo maten.» (Génesis 37, 21)
Al dar a luz, uno de ellos sacó una mano y la partera la agarró y ató a ella un hilo rojo, diciendo: «Este ha sido el primero en salir.» (Génesis 38, 28)
Pero el niño retiró la mano y salió su hermano. «¡Cómo te has abierto brecha!», dijo la partera, y lo llamó Peres. (Génesis 38, 29)
Detrás salió el que tenía el hilo atado a la mano, y lo llamó Zeraj. (Génesis 38, 30)
La mujer lo agarró de la ropa diciendo: «Vamos, acuéstate conmigo.» Pero él, dejándole su ropa en la mano, salió afuera corriendo. (Génesis 39, 12)
y al sentir que yo levantaba la voz y gritaba, salió huyendo y dejó su ropa en mis manos.» (Génesis 39, 15)