Fundar 3362 Resultados para: pueblo de Israel

  • Entonces el pueblo se puso a aclamarle: «¡Es un dios el que habla, no un hombre!» (Hechos 12, 22)

  • Después de la lectura de la Ley y los Profetas, los jefes de la sinagoga les mandaron a decir: «Hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad.» (Hechos 13, 15)

  • El Dios de este pueblo, Israel, eligió a nuestros padres, engrandeció al pueblo durante su destierro en la tierra de Egipto y los sacó con su brazo extendido. (Hechos 13, 17)

  • De la descendencia de éste, Dios, según la Promesa, ha suscitado para Israel un Salvador, Jesús. (Hechos 13, 23)

  • Juan predicó como precursor, ante su venida, un bautismo de conversión a todo el pueblo de Israel. (Hechos 13, 24)

  • El se apareció durante muchos días a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén y que ahora son testigos suyos ante el pueblo. (Hechos 13, 31)

  • Simeón ha referido cómo Dios ya al principio intervino para procurarse entre los gentiles un pueblo para su Nombre. (Hechos 15, 14)

  • Pero los judíos, llenos de envidia, reunieron a gente maleante de la calle, armaron tumultos y alborotaron la ciudad. Se presentaron en casa de Jasón buscándolos para llevarlos ante el pueblo. (Hechos 17, 5)

  • Al oír esto, el pueblo y los magistrados de la ciudad se alborotaron. (Hechos 17, 8)

  • porque yo estoy contigo y nadie te pondrá la mano encima para hacerte mal, pues tengo yo un pueblo numeroso en esta ciudad.» (Hechos 18, 10)

  • Pablo añadió: «Juan bautizó con un bautismo de conversión, diciendo al pueblo que creyesen en el que había de venir después de él, o sea en Jesús.» (Hechos 19, 4)

  • Pablo quiso entrar y presentarse al pueblo, pero se lo impidieron los discípulos. (Hechos 19, 30)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina