Encontrados 111 resultados para: vergüenza

  • Al Señor Dios nuestro le pertenece la justicia; a nosotros y a nuestros padres, la vergüenza, como es el caso presente. (Baruc 2, 6)

  • Sólo mentira y vergüenza han dejado a su posteridad. (Baruc 6, 47)

  • Por la púrpura y el lino, que se pudre encima de ellos, conoceréis también que no son dioses. Finalmente, ellos mismos serán carcomidos y quedarán hechos una vergüenza en el país. (Baruc 6, 71)

  • Mucho más vale, pues, el hombre justo que no tiene ídolos; él será preservado de la vergüenza (Baruc 6, 72)

  • Te reduciré a un desierto, a objeto de vergüenza entre las naciones que te rodean, a los ojos de todos los que pasen. (Ezequiel 5, 14)

  • Se ceñirán de saco, mas los cubrirá el terror. Todo rostro será cubierto de vergüenza, toda cabeza será rasurada. (Ezequiel 7, 18)

  • Esto dice el Señor Dios: Por haber prodigado tu vergüenza y descubierto tu desnudez en tus prostituciones con tus amantes, por todos tus horrendos ídolos y por la sangre de los hijos que les has ofrecido, (Ezequiel 16, 36)

  • Ellos te tratarán con odio y se llevarán todo lo que has reunido, dejándote desnuda, al descubierto. Será descubierta la vergüenza de tus prostituciones. Tus impurezas y tu desvergüenza (Ezequiel 23, 29)

  • Ahora no podemos abrir nuestra boca; la vergüenza, el deshonor son el destino de tus siervos y de tus fieles. (Daniel 3, 33)

  • Y queden avergonzados los que persiguen a tus siervos, sean cubiertos de vergüenza, derribado su imperio y aniquilada su potencia; (Daniel 3, 44)

  • A ti, oh Señor, la justicia; a nosotros la vergüenza, como ahora la soportan los hombres de Judá, los habitantes de Jerusalén y de todo el país, próximos y lejanos, en todas las tierras donde los has dispersado por los delitos que cometieron contra ti. (Daniel 9, 7)

  • Señor, a nosotros la vergüenza, a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres, porque hemos pecado contra ti. (Daniel 9, 8)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina