Encontrados 153 resultados para: simón

  • Hijos de Simón: Amnón, Riná, Ben-Janán y Tilón. Hijos de Yiseí: Zójet y Ben-Zójet. (I Crónicas 4, 20)

  • Simón, llamado Tasi; (I Macabeos 2, 3)

  • Yo sé que Simón, vuestro hermano, es hombre de consejo; escuchadlo siempre, y él será vuestro padre. (I Macabeos 2, 65)

  • Judas dijo a su hermano Simón: "Escoge hombres y ve a librar a tus hermanos en Galilea; yo y mi hermano Jonatán iremos a Galaad". (I Macabeos 5, 17)

  • A Simón se le entregaron tres mil hombres para la campaña en Galilea; a Judas, ocho mil, para la de Galaad. (I Macabeos 5, 20)

  • Simón llegó a Galilea, donde presentó varias batallas a los gentiles, que fueron derrotados. (I Macabeos 5, 21)

  • Mientras Judas y Jonatán estaban en Galaad y su hermano Simón en Galilea, frente a Tolemaida, (I Macabeos 5, 55)

  • Jonatán y Simón recogieron a su hermano y lo enterraron en la tumba de sus padres, en Modín. (I Macabeos 9, 19)

  • Jonatán, su hermano Simón y los que lo acompañaban se enteraron, huyeron al desierto de Técoa y acamparon junto a la cisterna de Asfar. (I Macabeos 9, 33)

  • Después de esto anunciaron a Jonatán y a Simón, su hermano, que los descendientes de Jambrí estaban celebrando una boda solemne y que llevaban desde Madaba, con gran pompa, a la novia, hija de uno de los más ilustres personajes de Canaán. (I Macabeos 9, 37)

  • Jonatán y Simón se retiraron con los suyos a Betbasí, en el desierto, repararon las ruinas y la fortificaron. (I Macabeos 9, 62)

  • Jonatán dejó en la ciudad a su hermano Simón, y salió por la región con un puñado de hombres. (I Macabeos 9, 65)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina