Encontrados 190 resultados para: sacerdocio real
Luego, a propuesta de Daniel, el rey nombró administradores de la provincia a Sidrac, Misac y Abdénago. Daniel se quedó en la corte real. (Daniel 2, 49)
Doce meses después, paseando por su palacio real de Babilonia, (Daniel 4, 26)
el rey se decía: "¿No es ésta la gran Babilonia que yo he edificado para residencia real con mi inmenso poder y para gloria de mi majestad?". (Daniel 4, 27)
De pronto aparecieron los dedos de una mano humana, que se pusieron a escribir, delante del candelabro, en la pared del palacio real. El rey, al ver la mano que escribía, (Daniel 5, 5)
Pero tan pronto como se ensoberbeció su corazón y su espíritu se obstinó en el orgullo, fue depuesto de su trono real y se le quitó su gloria. (Daniel 5, 20)
Todos los jefes del reino, prefectos y sátrapas, ministros y gobernadores, han llegado a la conclusión de que debe promulgarse el siguiente decreto real que tenga valor de ley: Todo el que en el espacio de treinta días dirija una oración a cualquier dios u hombre, fuera de ti, oh rey, será arrojado en el foso de los leones. (Daniel 6, 8)
Surgirá al fin en lugar de éste un hombre despreciable, a quien no se conferirá la dignidad real, sino que se introducirá mediante la astucia y se apoderará del reino a fuerza de intrigas. (Daniel 11, 21)
Mi pueblo será reducido al silencio por falta de ciencia; tú has rechazado el saber, y yo te rechazaré a ti de mi sacerdocio; has olvidado la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos. (Oseas 4, 6)
Escuchad esto, sacerdotes; atiende, casa de Israel; casa real, prestad oído, porque se hace justicia contra vosotros. Vosotros os habéis hecho un lazo en Mispá y una red tendida en el monte Tabor, (Oseas 5, 1)
bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, Dios habló a Juan, el hijo de Zacarías, en el desierto. (Lucas 3, 2)
Dijo: "Un hombre de la nobleza marchó a un país lejano para recibir la dignidad real y volver. (Lucas 19, 12)
Jesús regresó a Caná de Galilea, donde él había convertido el agua en vino. Un oficial real tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. (Juan 4, 46)