Encontrados 1270 resultados para: muerte de Moisés

  • Él respondió: "Mañana". Y Moisés añadió: "Así se hará, para que sepas que no hay otro como el Señor, nuestro Dios. (Exodo 8, 6)

  • Moisés y Aarón salieron de la presencia del Faraón. Moisés suplicó al Señor en razón de la promesa hecha al Faraón respecto a las ranas. (Exodo 8, 8)

  • El Señor hizo según la palabra de Moisés: las ranas murieron en las casas, en los establos y en los campos. (Exodo 8, 9)

  • El Señor dijo a Moisés: "Di a Aarón: Extiende tu bastón y golpea el polvo de la tierra para que se convierta en mosquitos en todo el país de Egipto". (Exodo 8, 12)

  • El Señor dijo a Moisés: "Levántate temprano mañana; preséntate al Faraón a la hora de ir al baño, y dile: Esto dice el Señor: Deja salir a mi pueblo para que me sirva. (Exodo 8, 16)

  • El Faraón llamó a Moisés y a Aarón y les dijo: "Id y ofreced sacrificios a vuestro Dios en este país". (Exodo 8, 21)

  • Moisés dijo: "No puede ser, pues ofreceríamos al Señor, nuestro Dios, sacrificios que los egipcios detestan. Si ofrecemos ante sus ojos sacrificios que ellos detestan, nos apedrearán. (Exodo 8, 22)

  • Moisés dijo: "Al salir de tu casa rezaré por ti al Señor, y mañana se alejarán los tábanos de ti, de tus servidores y de tu pueblo; pero que el Faraón no nos engañe una vez más y deje ir al pueblo para ofrecer sacrificios al Señor". (Exodo 8, 25)

  • Moisés salió de la presencia del Faraón y rezó al Señor. (Exodo 8, 26)

  • El Señor hizo según la palabra de Moisés, y se alejaron los tábanos del Faraón, de sus servidores y de su pueblo. No quedó ni siquiera uno. (Exodo 8, 27)

  • El Señor dijo a Moisés: "Preséntate al Faraón y dile: Esto dice el Señor, Dios de los hebreos: Deja salir a mi pueblo para que me sirva. (Exodo 9, 1)

  • El Señor dijo a Moisés y a Aarón: "Tomad un puñado de ceniza de horno y que Moisés la tire al aire en presencia del Faraón. (Exodo 9, 8)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina