Encontrados 332 resultados para: lista de reyes

  • Un carro por 600 monedas de plata y un caballo por 150. Por el mismo precio los mercaderes se los vendían también a los reyes hititas y sirios. (II Crónicas 1, 17)

  • sin contar el procedente del tráfico de los comerciantes y de los mercaderes, de todos los reyes de Arabia y de los gobernantes del país, los cuales pagaban al rey Salomón tributos de oro y plata. (II Crónicas 9, 14)

  • El rey Salomón superó a todos los reyes de la tierra en riqueza y en sabiduría. (II Crónicas 9, 22)

  • Todos los reyes de la tierra querían visitar a Salomón para escuchar la sabiduría que Dios le había dado, (II Crónicas 9, 23)

  • Dominó sobre todos los reyes, desde el Éufrates hasta la tierra de los filisteos y hasta la frontera de Egipto. (II Crónicas 9, 26)

  • Sin embargo, le estarán sometidos durante algún tiempo, para que vean la diferencia entre servirme a mí y servir a los reyes de la tierra". (II Crónicas 12, 8)

  • Los hechos de Asá, desde el principio al fin, están escritos en el libro de los reyes de Judá y de Israel. (II Crónicas 16, 11)

  • Ésta era la lista por familias. Jefes de millares por Judá: Adná, el jefe, con 300.000 soldados valerosos; (II Crónicas 17, 14)

  • El resto de la historia de Josafat, desde el principio hasta el fin, se encuentra en las crónicas de Jehú, hijo de Jananí, que fueron insertadas en el libro de los reyes de Israel. (II Crónicas 20, 34)

  • Siguió la conducta de los reyes de Israel y de la casa de Ajab, pues estaba casado con una hija de éste. Hizo lo que es malo a los ojos del Señor. (II Crónicas 21, 6)

  • sino la de los reyes de Israel, empujando a Judá y a los habitantes de Jerusalén a la idolatría, como la casa de Ajab; por haber matado a tus hermanos y a la familia de tu padre, que eran mejores que tú, (II Crónicas 21, 13)

  • Fue sepultado en la ciudad de David con los reyes, porque había hecho el bien en Israel, y con Dios y su templo. (II Crónicas 24, 16)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina