Encontrados 15 resultados para: bienestar

  • No buscarás su prosperidad ni su bienestar jamás, en todos los días de tu vida. (Deuteronomio 23, 7)

  • Godolías les prestó juramento a ellos y a sus hombres, y les dijo: "No tengáis miedo en servir a los caldeos; volved a vuestro país, servid al rey de Babilonia y gozaréis de bienestar". (II Reyes 25, 24)

  • Está escrito cómo el judío Mardoqueo fue el segundo después del rey y fue estimado entre los judíos y querido por la muchedumbre de sus hermanos. Él procuró el bien de su pueblo y se preocupó del bienestar de su raza. (Ester 10, 3)

  • Que griten de alegría los que quieren que se me haga justicia y digan sin cesar: "Grande es el Señor, que ha querido el bienestar de su siervo"; (Salmos 35, 27)

  • En su casa habrá fortuna y bienestar, su justicia permanece para siempre. (Salmos 112, 3)

  • sal tú garante de mi bienestar, que los orgullosos no me opriman; (Salmos 119, 122)

  • Mientras vivió Simón, la región tuvo paz. Buscó el bienestar de su país, agradó al pueblo su gobierno y gozó de su poder mientras vivió. (I Macabeos 14, 4)

  • "A los honrados ciudadanos judíos, mucha salud, prosperidad y bienestar, el rey y general Antíoco. (II Macabeos 9, 19)

  • porque te procurarán largos días, años de vida y bienestar. (Proverbios 3, 2)

  • No hay más felicidad para el hombre que comer y beber y gozar él mismo del bienestar de su trabajo. Y yo considero que esto viene de la mano de Dios. (Eclesiastés 2, 24)

  • No hay para ellos otra felicidad que gozar y procurarse el bienestar durante su vida. (Eclesiastés 3, 12)

  • Hay un hombre solo y sin compañero; no tiene hijo ni hermano; y, sin embargo, nunca cesa de trabajar, y sus ojos no se hartan de riquezas. Entonces, ¿para quién trabajo yo y me privo de bienestar? También esto es vanidad y una penosa ocupación. (Eclesiastés 4, 8)


“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina