Encontrados 2068 resultados para: Eva

  • para revestiros del hombre nuevo, que se renueva sin cesar a imagen de su creador hasta adquirir el conocimiento perfecto. (Colosenses 3, 10)

  • Con él va Onésimo, vuestro fiel y querido hermano. Os informará de todo cuanto aquí llevamos a cabo. (Colosenses 4, 9)

  • Porque nuestro mensaje evangélico no os fue transmitido solamente con palabras, sino también con obras portentosas bajo la acción del Espíritu Santo y, por parte nuestra, con una profunda entrega. En efecto, vosotros sabéis cuál fue nuestra actuación entre vosotros para vuestro bien. (I Tesalonicenses 1, 5)

  • Como sabéis, después de haber sido maltratados y ultrajados en Filipos, llenos de confianza en el Señor, nos atrevimos a anunciaros su evangelio en medio también de grandes luchas. (I Tesalonicenses 2, 2)

  • Por el contrario, fue Dios el que nos eligió y nos confió su evangelio, y así es como hablamos. No tratamos de agradar a los hombres, sino a Dios, que sondea nuestros corazones. (I Tesalonicenses 2, 4)

  • así, en nuestra ternura hacia vosotros, hubiéramos querido entregaros, al mismo tiempo que el evangelio de Dios, nuestra propia vida. ¡Tanto os queríamos! (I Tesalonicenses 2, 8)

  • Hermanos, recordad nuestros trabajos y fatigas; cómo trabajábamos día y noche para no ser gravosos a ninguno de vosotros mientras os anunciábamos el evangelio de Dios. (I Tesalonicenses 2, 9)

  • y así os exhortábamos, os animábamos y os alentábamos a llevar una vida digna de Dios, que os llama a su reino y a su gloria. (I Tesalonicenses 2, 12)

  • y enviamos a Timoteo, nuestro hermano y ministro de Dios en el evangelio de Cristo, con la misión de confortaros y alentaros en vuestra fe, (I Tesalonicenses 3, 2)

  • sin dejarse llevar por la pasión, como hacen los paganos, que no conocen a Dios. (I Tesalonicenses 4, 5)

  • Así llevaréis una vida honrada a los ojos de los de fuera y no tendréis necesidad de nadie. (I Tesalonicenses 4, 12)

  • entre llamas de fuego, para tomar venganza de los que no conocen a Dios y no obedecen al evangelio de Jesús, nuestro Señor. (II Tesalonicenses 1, 8)


“O homem sem Deus é um ser mutilado”. São Padre Pio de Pietrelcina