Encontrados 168 resultados para: ídolos

  • Egipto perderá su cordura; yo desharé sus planes. Consultarán a los ídolos, a los hechiceros, a los nigromantes y a los adivinos. (Isaías 19, 3)

  • Y he visto llegar caballería, una pareja de caballeros. Me han hablado, me han dicho: ¡Ha caído, ha caído Babilonia, y todas las estatuas de sus ídolos están en tierra hechas pedazos! (Isaías 21, 9)

  • Entonces tendrás como profanos los ídolos recubiertos de plata y las imágenes revestidas de oro, y los tirarás como objeto inmundo, diciendo: ¡Fuera de aquí! (Isaías 30, 22)

  • Pues aquel día todos rechazarán los ídolos de plata y los ídolos de oro que habéis fabricado con vuestras inicuas manos. (Isaías 31, 7)

  • Todos juntos son nada, nulidad son sus obras, aire y vacío sus ídolos. (Isaías 41, 29)

  • Yo soy el Señor, éste es mi nombre; no cederé mi gloria a ningún otro, ni mi honor a los ídolos. (Isaías 42, 8)

  • Se darán a la fuga, cubiertos de vergüenza, los que confían en sus ídolos, los que dicen a las imágenes fundidas: ¡Vosotros sois nuestros dioses! (Isaías 42, 17)

  • Los escultores de ídolos, todos juntos, no son nada; sus obras, que tanto aprecian, no sirven para nada. Sus testigos no ven nada, ni se enteran de nada. Por eso serán avergonzados. (Isaías 44, 9)

  • Confusos y corridos están todos tus rivales, avergonzados se van los autores de ídolos. (Isaías 45, 16)

  • Bel vacila, Nebo se desploma; sus ídolos son carga de animales y bestias, llevados como fardos sobre bestias extenuadas. (Isaías 46, 1)

  • Aunque grites, ¿te podrán salvar tus ídolos? A todos ellos se los llevará el viento, un soplo los arrebatará. Mas quien confía en mí heredará la tierra y poseerá mi santo monte. (Isaías 57, 13)

  • ¿Cómo te atreves a decir: "No estoy manchada, no he ido en pos de los ídolos?". Mira tus huellas en el valle, reconoce lo que has hecho, camella lasciva, errante por los caminos. (Jeremías 2, 23)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina