Encontrados 129 resultados para: oídos

  • «Congregad junto a mí a todos los ancianos de vuestras tribus y a vuestros escribas, que voy a pronunciar a sus oídos estas palabras, poniendo por testigos contra ellos al cielo y a la tierra. (Deuteronomio 31, 28)

  • Luego, a oídos de toda la asamblea de Israel, Moisés pronunció hasta el fin las palabras de este cantico: (Deuteronomio 31, 30)

  • Fue Moisés y pronunció o oídos del pueblo todas las palabras de este cántico, acompañado de Josué, hijo de Nun. (Deuteronomio 32, 44)

  • ¡Escuchad, reyes! ¡Prestad oídos, príncipes! yo a Yahveh, yo voy a cantar. tocaré el salterio para Yahveh, Dios de Israel. (Jueces 5, 3)

  • Ahora pues, pregona esto a oídos del pueblo: "El que tenga miedo y tiemble, que se vuelva y mire desde el monte Gelboé". 22.000 hombres de la tropa se volvieron y quedaron 10.000. (Jueces 7, 3)

  • «Decid esto, por favor, a oídos de todos los señores de Siquem: ¿Qué es mejor para vosotros, que os estén mandando setenta hombres, todos los hijos de Yerubbaal, o que os mande uno solo? Recordad además que yo soy de vuestros huesos y de vuestra carne.» (Jueces 9, 2)

  • Dijo Yahveh a Samuel: «Voy a ejecutar una cosa tal en Israel, que a todo el que la oiga le zumbarán los oídos. (I Samuel 3, 11)

  • Oyó Samuel todas las palabras del pueblo y las repitió a los oídos de Yahveh. (I Samuel 8, 21)

  • Llegaron los mensajeros a Guibeá de Saúl, y dijeron estas palabras a oídos del pueblo, y todo el pueblo lloró a voces. (I Samuel 11, 4)

  • Pero Samuel preguntó: «¿Y qué son esos balidos que vienen a mis oídos y esos mugidos que oigo?» (I Samuel 15, 14)

  • Los servidores de Saúl dijeron estas palabras a oídos de David y David replicó: «¿Os parece sencillo ser yerno del rey? Yo soy un hombre pobre y ruin.» (I Samuel 18, 23)

  • arrojándose a sus pies le dijo: «Caiga sobre mí la falta, señor. Deja que tu sierva hable a tus oídos y eschucha las palabras de tu sierva. (I Samuel 25, 24)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina