Encontrados 2358 resultados para: vida después de la muerte
Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la Vida, porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte. (I Juan 3, 14)
El que odia a su hermano es un homicida, y ustedes saben que ningún homicida posee la Vida eterna. (I Juan 3, 15)
En esto hemos conocido el amor: en que él entregó su vida por nosotros. Por eso, también nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos. (I Juan 3, 16)
Así Dios nos manifestó su amor: envió a su Hijo único al mundo, para que tuviéramos Vida por medio de él. (I Juan 4, 9)
Y el testimonio es este: Dios nos dio la Vida eterna, y esa Vida está en su Hijo. (I Juan 5, 11)
El que está unido al Hijo, tiene la Vida; el que no lo está, no tiene la Vida. (I Juan 5, 12)
Les he escrito estas cosas, a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen la Vida eterna. (I Juan 5, 13)
El que ve a su hermano cometer un pecado que no lleva a la muerte, que ore y le dará la Vida. Me refiero a los que cometen pecados que no conducen a la muerte, porque hay un pecado que lleva a la muerte; por este no les pido que oren. (I Juan 5, 16)
Aunque toda maldad es pecado, no todo pecado lleva a la muerte. (I Juan 5, 17)
Y sabemos también que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para que conozcamos al que es Verdadero; y nosotros permanecemos en el que es Verdadero, en su Hijo Jesucristo. El es el Dios verdadero y la Vida eterna. (I Juan 5, 20)
Quiero recordarles, aunque ustedes ya lo han aprendido de una vez por todas, que el Señor, después de haber salvado al pueblo, sacándolo de Egipto, hizo morir en seguida a los incrédulos. (Judas 1, 5)
A ellos se refería Henoc, el séptimo patriarca después de Adán, cuando profetizó: «Ya viene el Señor con sus millares de ángeles, (Judas 1, 14)