Encontrados 41 resultados para: parábola de las vírgenes

  • Yo tengo dos hijas que todavía son vírgenes. Se las traeré, y ustedes podrán hacer con ellas lo que mejor les parezca. Pero no hagan nada a esos hombres, ya que se han hospedado bajo mi techo". (Génesis 19, 8)

  • Ustedes actuarán de esta manera: consagrarán al exterminio a todos los varones y a las mujeres que hayan convivido con hombres, pero dejarán con vida a las vírgenes". Así lo hicieron. (Jueces 21, 11)

  • Entre los habitantes de Iabés de Galaad encontraron cuatrocientas jóvenes vírgenes, que no habían convivido con ningún hombre, y las llevaron al campamento de Silo, que está en el país de Canaán. (Jueces 21, 12)

  • Tamar llevaba una túnica de mangas largas, porque así vestían entonces las hijas del rey, cuando eran vírgenes. El sirviente la sacó afuera y atrancó la puerta detrás de ella. (II Samuel 13, 18)

  • Entonces los cortesanos que estaban a su servicio dijeron: "Hay que buscar para el rey algunas jóvenes vírgenes y hermosas. (Ester 2, 2)

  • Que el rey designe inspectores en todas las provincias de su reino, para que ellos reúnan en el harén de la ciudadela de Susa a todas las jóvenes vírgenes y hermosas. Se las pondrá bajo la vigilancia de Hegué, el eunuco del rey encargado de las mujeres, y se las proveerá de cremas de belleza. (Ester 2, 3)

  • y vestida de brocado, es llevada hasta el rey. Las vírgenes van detrás, sus compañeras la guían; (Salmos 45, 15)

  • el fuego devoró a sus jóvenes, y no hubo canto nupcial para sus vírgenes; (Salmos 78, 63)

  • Los caminos de Sión están de duelo, porque nadie acude a las fiestas. Todas sus puertas están desoladas, gimen sus sacerdotes, sus vírgenes están afligidas, ¡y qué amargura hay en ella! (Lamentaciones 1, 4)

  • Pero el Señor es justo, porque yo fui rebelde a su palabra. ¡Oigan bien, todos los pueblos, y miren mi dolor! Mis vírgenes y mis jóvenes han partido al cautiverio. (Lamentaciones 1, 18)

  • Están sentados en el suelo, silenciosos, los ancianos de la hija de Sión; se han cubierto la cabeza de polvo, se han vestido con un sayal. Dejan caer su cabeza hasta el suelo las vírgenes de Jerusalén. (Lamentaciones 2, 10)

  • En las calles están tendidos el niño y el anciano; mis vírgenes y mis jóvenes cayeron bajo la espada; tú has sembrado la muerte en el día de tu ira, has degollado sin piedad. (Lamentaciones 2, 21)


“Agradeça sempre ao Pai eterno por sua infinita misericórdia”. São Padre Pio de Pietrelcina