Encontrados 516 resultados para: obras de la carne
Si alguien cree que puede confiar en la carne, yo puedo hacerlo con mayor razón: (Filipenses 3, 4)
Así podrán comportarse de una manera digna del Señor, agradándolo en todo, fructificando en toda clase de obras buenas y progresando en el conocimiento de Dios. (Colosenses 1, 10)
Antes, a causa de sus pensamientos y sus malas obras, ustedes eran extraños y enemigos de Dios. (Colosenses 1, 21)
Ahora me alegro de poder sufrir por ustedes, y completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, para bien de su Cuerpo, que es la Iglesia. (Colosenses 1, 24)
Ustedes estaban muertos a causa de sus pecados y de la incircuncisión de su carne, pero Cristo los hizo revivir con él, perdonando todas nuestras faltas. (Colosenses 2, 13)
Estas doctrinas tienen una cierta apariencia de sabiduría por su «religiosidad», su «humildad» y su «desprecio del cuerpo», pero carecen de valor y sólo satisfacen los deseos de la carne. (Colosenses 2, 23)
Tampoco se engañen los unos a los otros. Porque ustedes se despojaron del hombre viejo y de sus obras, (Colosenses 3, 9)
y sin cesar tenemos presente delante de Dios, nuestro Padre, cómo ustedes han manifestado su fe con obras, su amor con fatigas y su esperanza en nuestro Señor Jesucristo con una firme constancia. (I Tesalonicenses 1, 3)
Que se adornen más bien con buenas obras, como conviene a personas que practican la piedad. (I Timoteo 2, 10)
En efecto, es realmente grande el misterio que veneramos: Él se manifestó en la carne, fue justificado en el Espíritu, contemplado por los ángeles, proclamado a los paganos, creído en el mundo y elevado a la gloria. (I Timoteo 3, 16)
Vigila tu conducta y tu doctrina, y persevera en esta actitud. Si obras así, te salvarás a ti mismo y salvarás a los que te escuchen. (I Timoteo 4, 16)
Que sus buenas obras den testimonio de ella; tiene que haber educado a sus hijos, ejercitado la hospitalidad, haber lavado los pies a los hermanos, socorrido a los necesitados y practicado el bien en todas sus formas. (I Timoteo 5, 10)