Encontrados 57 resultados para: historia de Jueces 1

  • Por eso llamaron a aquel lugar Bojím -que significa "los que lloran"- y ofrecieron allí sacrificios al Señor. VISIÓN DE CONJUNTO SOBRE EL PERÍODO DE LOS JUECES (Jueces 2, 5)

  • Entonces el Señor suscitaba jueces, que salvaban a los israelitas del poder de los salteadores. (Jueces 2, 16)

  • Pero los israelitas no escuchaban a sus jueces, sino que se prostituían, yendo detrás de otros dioses y postrándose delante de ellos. Se desviaban muy pronto del camino seguido por sus padres, que habían obedecido los mandamientos del Señor. Ellos, en cambio, no hacían lo mismo. (Jueces 2, 17)

  • Cuando el Señor les suscitaba jueces, estaba con el juez y los salvaba de las manos de sus enemigos mientras vivía el juez, porque se compadecía de los gemidos que les provocaban sus opresores y perseguidores. (Jueces 2, 18)

  • Durante el tiempo de los Jueces hubo una gran sequía en el país, y un hombre de Belén de Judá emigró a los campos de Moab, con su mujer y sus dos hijos. (Rut 1, 1)

  • Cuando Samuel envejeció, puso a sus hijos como jueces de Israel. (I Samuel 8, 1)

  • Su hijo mayor se llamaba Joel, y el segundo, Abías; ambos eran jueces en Berseba. (I Samuel 8, 2)

  • desde el día en que establecí Jueces sobre mi pueblo Israel. Yo te he dado paz, librándote de todos tus enemigos. Y el Señor te ha anunciado que él mismo te hará una casa. (II Samuel 7, 11)

  • Porque no se había celebrado una Pascua como aquella desde el tiempo en que los Jueces habían gobernado a Israel, ni durante todo el tiempo de los reyes de Israel y de Judá. (II Reyes 23, 22)

  • Y mientras iba caminando entre todo Israel, ¿acaso dije a uno solo de sus Jueces, a los que mandé apacentar a mi pueblo: ‘Por qué no me han edificado una casa de cedro’? (I Crónicas 17, 6)

  • Desde el día en que constituí Jueces sobre mi pueblo Israel, yo he sometido a todos tus enemigos. Y ahora te anuncio que el Señor te edificará una casa. (I Crónicas 17, 10)

  • De estos, 24.000 estaban al frente del servicio de la Casa del Señor; 6.000 eran escribas y jueces, (I Crónicas 23, 4)


“Não se fixe voluntariamente naquilo que o inimigo da alma lhe apresenta.” São Padre Pio de Pietrelcina