Encontrados 292 resultados para: favor

  • Amnón se acostó, fingiendo estar enfermo y cuando el rey fue a verlo, Amnón le dijo: "Por favor, que venga mi hermana Tamar a cocinar aquí mismo un par de buñuelos, y que me los sirva con sus propias manos". (II Samuel 13, 6)

  • ¿A dónde iría yo con mi deshonra? En cuanto a ti, ¡quedarías como un infame en Israel! Por favor, habla con el rey, y él no se opondrá a que seas mi esposo". (II Samuel 13, 13)

  • Entonces el rey tomó la palabra y dijo a la mujer: "Por favor, no me ocultes nada de lo que te voy a preguntar". La mujer respondió: "Dígnese hablar mi señor, el rey". (II Samuel 14, 18)

  • Joab cayó con el rostro en tierra, bendijo al rey y dijo: "Rey, mi señor, ahora sé que cuento con tu favor, porque has accedido a mi demanda". (II Samuel 14, 22)

  • Al cabo de cuatro años, Absalón dijo al rey: "Por favor, déjame ir a Hebrón para cumplir el voto que hice al Señor. (II Samuel 15, 7)

  • El rey dijo a Sibá: "Desde ahora te pertenecen todos los bienes de Meribaal". Sibá respondió: "¡A tus pies! ¡Quiera mi señor, el rey, dispensarme siempre su favor!". (II Samuel 16, 4)

  • una mujer sagaz gritó desde la ciudad: "¡Escuchen, escuchen! Díganle por favor a Joab que se acerque aquí, para que yo le hable". (II Samuel 20, 16)

  • Él prosiguió: "Pídele por favor al rey Salomón que me dé por esposa a Abisag, la sunamita. Seguramente no te lo va a negar". (I Reyes 2, 17)

  • Una de las mujeres le dijo: "¡Por favor, señor mío! Yo y esta mujer vivimos en la misma casa, y yo di a luz estando con ella en la casa. (I Reyes 3, 17)

  • Entonces la mujer cuyo hijo vivía se dirigió al rey, porque se le conmovieron las entrañas por su hijo, y exclamó: "¡Por favor, señor mío! ¡Denle a ella el niño vivo, no lo maten!". La otra, en cambio, decía: "¡No será ni para mí ni para ti! ¡Que lo dividan!". (I Reyes 3, 26)

  • Tú has cumplido, en favor de mi padre David, la promesa que le habías hecho, y hoy mismo has realizado con tu mano lo que había dicho tu boca. (I Reyes 8, 24)

  • Y ahora, Señor, Dios de Israel, cumple en favor de tu servidor David, mi padre, la promesa que le hiciste, diciendo: ‘Nunca te faltará un descendiente que esté sentado delante de mí en el trono de Israel, con tal que tus hijos vigilen su conducta, caminando en mi presencia como has caminado tú’. (I Reyes 8, 25)


“Combata vigorosamente, se está interessado em obter o prêmio destinado às almas fortes.” São Padre Pio de Pietrelcina