Encontrados 729 resultados para: corazón puro

  • No gritaron hacia mí de corazón, cuando se lamentaban en sus lechos. Por trigo y vino nuevo se hacen incisiones y se han obstinado contra mí. (Oseas 7, 14)

  • Su corazón está dividido, ahora tendrán que expiar: el mismo Señor destrozará sus altares, devastará sus piedras conmemorativas. (Oseas 10, 2)

  • ¿Cómo voy a abandonarte, Efraím? ¿Cómo voy a entregarte, Israel? ¿Cómo voy a tratarte como a Admá o a dejarte igual que Seboím? Mi corazón se subleva contra mí y se enciende toda mi ternura: (Oseas 11, 8)

  • Al llegar a sus campos de pastoreo, ellos se saciaron; y una vez saciados, se enorgulleció su corazón: por eso se olvidaron de mí. (Oseas 13, 6)

  • los atacaré como una osa privada de su cría, desgarraré las fibras de su corazón, los devoraré allí mismo como una leona, y las fieras los destrozarán. (Oseas 13, 8)

  • Pero aún ahora -oráculo del Señor- vuelvan a mí de todo corazón, con ayuno, llantos y lamentos. (Joel 2, 12)

  • Desgarren su corazón y no sus vestiduras, y vuelvan al Señor, su Dios, porque él es bondadoso y compasivo, lento para la ira y rico en fidelidad, y se arrepiente de sus amenazas. (Joel 2, 13)

  • La soberbia de tu corazón te engañó, a ti, que habitas en las hendiduras de la roca, que pones tu morada en las alturas, y dices en tu corazón: "¿Quién me precipitará por tierra?". (Abdías 1, 3)

  • ¡Devastación, depredación, desolación! El corazón desfallece, se aflojan las rodillas, tiembla todo su cuerpo, se crispan todos los rostros. (Nahún 2, 11)

  • En aquel tiempo yo escudriñaré con lámparas a Jerusalén y pediré cuenta a los hombres que se sientan sobre sus heces, los que dicen en su corazón: "El Señor no hace ni bien ni mal". (Sofonías 1, 12)

  • Así quedará la ciudad feliz, la que vivía segura y decía en su corazón: "¡Yo, y nadie más que yo!". ¿Cómo es que se ha convertido en una desolación, en un refugio de animales? Todos los que pasan junto a ella, silban y hacen gestos con la mano. (Sofonías 2, 15)

  • ¡Grita de alegría, hija de Sión! ¡Aclama, Israel! ¡Alégrate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén! (Sofonías 3, 14)


O maldito “eu” o mantém apegado à Terra e o impede de voar para Jesus. São Padre Pio de Pietrelcina