Encontrados 264 resultados para: campo de Efrom
Te estrellaré contra el suelo, te arrojaré en pleno campo, y haré que se posen sobre ti todos los pájaros del cielo y que se sacien contigo todas las bestias de la tierra. (Ezequiel 32, 4)
Tú les dirás: Así habla el Señor: Juro por mi vida que los que están entre las ruinas caerán bajo la espada, a los que están por el campo los daré como pasto a las fieras, y los que están en las fortalezas y en las cuevas morirán de peste. (Ezequiel 33, 27)
Los árboles del campo darán sus frutos y la tierra dará sus productos, y ellos vivirán seguros en su propio suelo. Y cuando rompa las barras de su yugo y los libre de las manos de los que los tienen esclavizados, sabrán que yo soy el Señor. (Ezequiel 34, 27)
Temblarán ante mí los peces del mar, los pájaros del cielo, las bestias del campo, todos los reptiles que se arrastran por el suelo y todos los hombres que hay sobre la faz de la tierra. Se desplomarán las montañas, caerán las pendientes escarpadas y todos los muros se derrumbarán por tierra. (Ezequiel 38, 20)
Caerás en campo abierto, porque yo he hablado -oráculo del Señor-. (Ezequiel 39, 5)
No tomarán leña del campo ni la cortarán en los bosques, sino que harán fuego con las armas. Despojarán a los que los despojaron y saquearán a sus depredadores -oráculo del Señor-. (Ezequiel 39, 10)
él ha puesto en tus manos a los hombres, los animales del campo y las aves del cielo, cualquiera sea el lugar donde habitan, y te ha hecho dominar sobre todos ellos: por eso la cabeza de oro eres tú. (Daniel 2, 38)
En ese momento, el profeta Habacuc, que estaba en Judea, acababa de hacer preparar un guiso y de poner pequeños trozos de pan en una canasta, e iba hacia el campo a llevar su comida a los segadores. (Daniel 14, 33)
Devastaré su viña y su higuera, de las que ella decía: "Este es el salario que me dieron mis amantes". Las convertiré en una selva y las devorarán los animales del campo. (Oseas 2, 14)
Yo estableceré para ellos, en aquel día, una alianza con los animales del campo, con las aves del cielo y los reptiles de la tierra; extirparé del país el arco, la espada y la guerra, y haré que descansen seguros. (Oseas 2, 20)
Por eso, el país está de duelo y languidecen todos sus habitantes; hasta los animales del campo y los pájaros del cielo, y aún los peces del mar, desaparecerán. (Oseas 4, 3)
Sí, Israel se ha vuelto obstinado como una vaca empacada. ¿Puede ahora el Señor apacentarlos como a corderos en campo abierto? (Oseas 4, 16)