Encontrados 189 resultados para: asamblea

  • Por eso, no tendrás a nadie que arroje la cuerda para medirte un lote, en la asamblea del Señor. (Miqueas 2, 5)

  • La voz del Señor llama a la ciudad. -¡Es prudente temer tu Nombre!-. ¡Oigan, tribu de Judá y asamblea de la ciudad! (Miqueas 6, 9)

  • El Sumo Sacerdote, poniéndose de pie ante la asamblea, interrogó a Jesús: «¿No respondes nada a lo que estos atestiguan contra ti?». (Marcos 14, 60)

  • Toda la asamblea del pueblo permanecía afuera, en oración, mientras se ofrecía el incienso. (Lucas 1, 10)

  • Después se levantó toda la asamblea y lo llevaron ante Pilato. (Lucas 23, 1)

  • La asamblea aprobó esta propuesta y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe y a Prócoro, a Nicanor y a Timón, a Pármenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía. (Hechos 6, 5)

  • Cuando se disolvió la asamblea, muchos ju díos y prosélitos que adoraban a Dios siguieron a Pablo y a Bernabé. Estos conversaban con ellos, exhortándolos a permanecer fieles a la gracia de Dios. (Hechos 13, 43)

  • Después, toda la asamblea hizo silencio para oír a Bernabé y a Pablo, que comenzaron a relatar los signos y prodigios que Dios había realizado entre los paganos por intermedio de ellos. (Hechos 15, 12)

  • Los delegados, después de ser despedidos, descendieron a Antioquía donde convocaron a la asamblea y le entregaron la carta. (Hechos 15, 30)

  • Llenos de envidia, los judíos reunieron un grupo de gente de la calle y promovieron un alboroto, sembrando la agitación en la ciudad. Entonces se presentaron delante de la casa de Jasón en busca de Pablo y de Silas, para conducirlos ante la asamblea del pueblo. (Hechos 17, 5)

  • Pero como algunos se obstinaban y se negaban a creer, denigrando el Camino del Señor delante de la asamblea, Pablo rompió con ellos. Luego tomó aparte a sus discípulos y dialogaba diariamente en la escuela de Tirano. (Hechos 19, 9)

  • Pablo quería presentarse delante de la asamblea, pero sus discípulos se lo impidieron. (Hechos 19, 30)


“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina