Encontrados 68 resultados para: Tiro

  • Cuando el rey llegó a Tiro, tres hombres enviados por el Consejo de los ancianos presentaron una acusación contra él. (II Macabeos 4, 44)

  • Oráculo sobre Tiro. ¡Giman, naves de Tarsis, porque su puerto ha sido devastado! Cuando llegaban de Quitím, recibieron el anuncio. (Isaías 23, 1)

  • Cuando se enteren en Egipto, temblarán por las noticias de Tiro. (Isaías 23, 5)

  • ¿Quién ha concebido esto contra Tiro, la que repartía coronas, cuyos comerciantes eran príncipes y sus mercaderes, grandes de la tierra? (Isaías 23, 8)

  • Aquel día, Tiro será olvidada durante setenta años, que es la duración de la vida de un rey. Al cabo de setenta años, a Tiro le sucederá como en la canción de la prostituta: (Isaías 23, 15)

  • Al cabo de setenta años, el Señor visitará a Tiro. Ella volverá a su antiguo comercio, y se prostituirá con todos los reinos de la tierra, sobre la superficie del suelo. (Isaías 23, 17)

  • a todos los reyes de Tiro, a todos los reyes de Sidón, a los reyes de las costas lejanas que están más allá del mar; (Jeremías 25, 22)

  • Luego enviarás un mensaje al rey de Edóm, al rey de Moab, al rey de los amonitas, al rey de Tiro y al rey de Sidón, por medio de los mensajeros que vinieron a Jerusalén para ver a Sedecías, rey de Judá. (Jeremías 27, 3)

  • Es a causa del día que llega para arrasar a todos los filisteos, para cortar a Tiro y a Sidón todo resto de ayuda. Porque el Señor arrasa a los filisteos, al resto de la isla de Caftor. (Jeremías 47, 4)

  • Hijo de hombre, porque Tiro se ha reído de Jerusalén, diciendo: "¡La ‘Puerta de los pueblos’ se ha roto a pedazos! ¡Ha llegado mi turno: yo me llenaré de riquezas, ahora que ella está en ruinas!". (Ezequiel 26, 2)

  • Por eso, así habla el Señor: Aquí estoy, Tiro, contra ti: Yo haré subir contra ti a naciones numerosas, como el mar hace subir su oleaje. (Ezequiel 26, 3)

  • Destruirán las murallas de Tiro y derribarán sus torres. Barreré de ella hasta el polvo y la convertiré en una roca desnuda. (Ezequiel 26, 4)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina