Encontrados 271 resultados para: Babilonia
A causa de esto, Daniel se presentó a Arioc, a quien el rey había encargado ejecutar a los sabios de Babilonia, y le habló de esta manera: "No hagas morir a los sabios de Babilonia. Llévame ante la presencia del rey, y yo le expondré la interpretación". (Daniel 2, 24)
Luego el rey confirió a Daniel un alto rango y le otorgó numerosos y magníficos regalos. Le dio autoridad sobre toda la provincia de Babilonia y lo hizo jefe de todos los sabios de Babilonia. (Daniel 2, 48)
Daniel rogó al rey que pusiera al frente de la administración de la provincia de Babilonia a Sadrac, Mesac y Abed Negó, y él permaneció en la corte del rey. (Daniel 2, 49)
El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro, de treinta metros de alto y tres de ancho, y la erigió en la llanura de Dura, en la provincia de Babilonia. (Daniel 3, 1)
Pero hay unos judíos, Sadrac, Mesac y Abed Negó, a quienes tú has encomendado la administración de la provincia de Babilonia: esos hombres no te han hecho caso, rey; ellos no sirven a tus dioses ni adoran la estatua de oro que tú has erigido". (Daniel 3, 12)
Entonces Nabucodonosor hizo prosperar a Sadrac, Mesac y Abed Negó en la provincia de Babilonia. (Daniel 3, 97)
Entonces ordené que hicieran comparecer en mi presencia a todos los sabios de Babilonia, para que me dieran a conocer la interpretación del sueño. (Daniel 4, 3)
Al cabo de doce meses, mientras se paseaba por la terraza del palacio real de Babilonia, (Daniel 4, 26)
el rey tomó la palabra y dijo: "¿No es esta la gran Babilonia, que yo edifiqué como residencia real gracias a mi poderío y para gloria de mi majestad?". (Daniel 4, 27)
El rey gritó con fuerza que hicieran venir a los adivinos, a los caldeos y los astrólogos. Y tomando la palabra, dijo a los sabios de Babilonia: "Cualquiera que lea la inscripción y me la interprete, se vestirá de púrpura, llevará un collar de oro en su cuello, y ocupará el tercer puesto en el reino". (Daniel 5, 7)
El año primero de Baltasar, rey de Babilonia, Daniel tuvo un sueño y unas visiones en su imaginación, mientras se hallaba en su lecho. Él escribió el sueño. Este es el comienzo del relato. (Daniel 7, 1)
Había en Babilonia un hombre llamado Joaquín. (Daniel 13, 1)