Encontrados 105 resultados para: soldados romanos

  • Destacó en ella soldados judíos y la fortificó para seguridad de la provincia y de la ciudad, y levantó las murallas de Jerusalén. (1 Macabeos 14, 37)

  • pues sabía que los romanos consideraban a los judíos amigos, aliados y hermanos, y habían recibido con honores a los mensajeros de Simón. (1 Macabeos 14, 40)

  • Antíoco acampó junto a Dora con ciento veinte mil soldados y ocho mil jinetes. (1 Macabeos 15, 13)

  • en esta forma: «Lucio, cónsul de los romanos, al rey Tolomeo, ¡paz! (1 Macabeos 15, 16)

  • Renunció a los privilegios que los reyes habían concedido a los judíos por medio de Juan, padre de Eupólemo, el que hizo la embajada de amistad y alianza de romanos y judíos; suprimió las instituciones legítimas e introdujo costumbres nuevas contrarias a la Ley. (2 Macabeos 4, 11)

  • Mandó a sus soldados que matasen sin compasión a cuantos encontraran y degollaran también a todos los que se refugiaran en sus casas. (2 Macabeos 5, 12)

  • Además Antíoco envió a Apolonio, con un ejército de veintidós mil soldados, con orden de degollar a todos los hombres de edad adulta y de vender a las mujeres y los niños. (2 Macabeos 5, 24)

  • y mató a todos los que habían ido a ver el espectáculo. Recorriendo las calles, los soldados mataron una gran muchedumbre. (2 Macabeos 5, 26)

  • Nicanor se proponía obtener dos mil talentos con la venta de esclavos judíos, para pagar el tributo debido por el rey a los romanos. (2 Macabeos 8, 10)

  • El que se había propuesto pagar el tributo debido a los romanos con la venta de los judíos, afirmaba ahora que éstos eran invencibles e invulnerables, pues tenían a Alguien que luchaba por ellos siempre que obedecieran las leyes prescritas por él. (2 Macabeos 8, 36)

  • También los romanos les enviaron una carta con el siguiente contenido: «Quinto Memmio y Tito Mnaio, enviados de los romanos, saludan al pueblo judío. (2 Macabeos 11, 34)

  • Efectuó entre sus soldados una colecta y entonces envió hasta dos mil monedas de plata a Jerusalén a fin de que allí se ofreciera un sacrificio por el pecado. Todo esto lo hicieron muy bien inspirados por la creencia de la resurrección, (2 Macabeos 12, 43)


“Peçamos a São José o dom da perseverança até o final”. São Padre Pio de Pietrelcina