Encontrados 45 resultados para: santidad sacerdotal
Así demostraré mi grandeza y mi santidad, y me daré a conocer ante numerosas naciones: sabrán que yo soy Yavé. (Ezequiel 38, 23)
Los reuniré de entre los pueblos y los traeré de vuelta del país de sus enemigos. Por su intermedio manifestaré mi santidad ante numerosas naciones. (Ezequiel 39, 27)
El Señor jura por su santidad: Está para llegar el día en que las levantarán a ustedes con arpones, y con un agujón, para empujar por detrás. (Amós 4, 2)
Siendo Herodes rey de Judea, vivía allí un sacerdote llamado Zacarías. Pertenecía al grupo sacerdotal de Abías, y su esposa, llamada Isabel, era también descendiente de una familia de sacerdotes. (Evangelio según San Lucas 1, 5)
Allí estaban el sumo sacerdote Anás, Caifás, Jonatán, Alejandro y todos los que pertenecían a la alta clase sacerdotal. (Hecho de los Apóstoles 4, 6)
y que al resucitar de entre los muertos por obra del Espíritu de santidad,ha sido designado Hijo de Dios revestido de su poder. De él, Cristo Jesús, nuestro Señor, (Carta a los Romanos 1, 4)
Por gracia de Dios ustedes están en Cristo Jesús. El ha pasado a ser sabiduría nuestra venida de Dios, y nuestro mérito y santidad, y el precio de nuestra libertad. (1º Carta a los Corintios 1, 30)
Hay algo de lo que nos sentimos orgullosos: nuestra conciencia nos asegura que la santidad y la sinceridad de Dios han inspirado siempre nuestra conducta en este mundo, especialmente respecto a ustedes. No nos han movido razones humanas, sino la gracia de Dios. (2º Carta a los Corintios 1, 12)
Si tan grande fue el ministerio que sentenciaba la condenación, ¿no lo será mucho más todavía el que procura la santidad? (2º Carta a los Corintios 3, 9)
Revístanse, pues, del hombre nuevo, el hombre según Dios que él crea en la verdadera justicia y santidad. (Carta a los Efesios 4, 24)
habiendo hecho madurar, gracias a Cristo Jesús, el fruto de la santidad. Esto será para gloria de Dios, y un honor para mí. (Carta a los Filipenses 1, 11)
Que cada uno se comporte con su esposa con santidad y respeto, (1º Carta a los Tesalonicenses 4, 4)