Encontrados 34 resultados para: insensato

  • No seas justo en exceso, ni te hagas el sabio más de lo necesario: podrías demolerte. No seas malvado en demasía ni te comportes como un insensato: podrías morir antes de tiempo. (Eclesiastés (Qohelet) 7, 16)

  • El insensato echa a perder una buena obra con sus críticas, el regalo de un hombre mezquino hace que se llenen de lágrimas los ojos. (Sirácides (Eclesiástico) 18, 18)

  • El insensato dice: "¡No tengo amigos, nadie reconoce mis buenas obras. (Sirácides (Eclesiástico) 20, 16)

  • La charlatanería del insensato pesa como un fardo; las palabras del sabio hacen bien. (Sirácides (Eclesiástico) 21, 16)

  • La sabiduría para el insensato es una casa anticuada, pero el saber del ignorante no es más que palabras mal ajustadas. (Sirácides (Eclesiástico) 21, 18)

  • El insensato se inclina desde la puerta para mirar adentro, el hombre bien educado se queda de pie afuera. (Sirácides (Eclesiástico) 21, 23)

  • No alargues la conversación con un insensato, no viajes con un hombre estúpido. Ten cuidado con él para que no tengas problemas: sus excesos podrían salpicarte. Apártate de él, estarás en paz en vez de cansarte con sus estupideces. (Sirácides (Eclesiástico) 22, 13)

  • Un cerco de madera en una altura no resiste al viento; lo mismo el insensato frente a sus propios terrores: cualquier miedo lo domina. (Sirácides (Eclesiástico) 22, 18)

  • La conversación de un hombre de Dios tiene siempre su sabiduría; el insensato en cambio es cambiante como la luna. (Sirácides (Eclesiástico) 27, 11)

  • El que amontona riquezas injustamente es como la perdiz que se echa sobre huevos ajenos; tendrá que dejarlas, en la mitad de su vida, y al final no será más que un insensato. (Jeremías 17, 11)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina