Encontrados 776 resultados para: historia de Judá

  • Josué se levantó de madrugada y ordenó que se presentaran las tribus de Israel. La suerte cayó sobre la tribu de Judá. (Josué 7, 16)

  • sorteados los hogares de ésta salió el hogar de Zabdí, y sorteados los miembros de este hogar, se descubrió que el culpable era Acán, hijo de Carmí, hijo de Zabdí, hijo de Zaré, de la tribu de Judá. (Josué 7, 18)

  • En aquel tiempo, Josué atacó y desbarató a los enaceos de los cerros, de Hebrón, Dabir, Anab, de todos los cerros de Judá y de Israel; ellos y sus ciudades fueron entregados en anatema. (Josué 11, 21)

  • Los hijos de Judá se presentaron a Josué en Guilgal, y Caleb, hijo de Jefoné, el cananeo, le dijo: (Josué 14, 6)

  • Los hijos de Judá, según sus familias, recibieron por suerte la siguiente parte: Desde la frontera de Edom hasta el desierto de Zin en dirección al sur. (Josué 15, 1)

  • La frontera occidental era el mar Grande. Estos fueron por todos lados los términos de los hijos de Judá, según sus familias. (Josué 15, 12)

  • Mas a Caleb, hijo de Jefoné, dio Josué en posesión particular en medio de los hijos de Judá, como le había mandado Yavé, la ciudad de Cariat-Arbe (este Arbe era el padre de los enaceos). Hoy se llama Hebrón, (Josué 15, 13)

  • Esta fue la posesión de la tribu de Judá, según sus familias. (Josué 15, 20)

  • Las ciudades de los hijos de Judá en las extremidades meridionales por las fronteras de Edom, eran: Cabsel, Eder, Jagur, (Josué 15, 21)

  • Maón, Carmel, Isif, Judá, (Josué 15, 55)

  • Los hijos de Judá no pudieron expulsar a los jebuseos que vivían en Jerusalén, de manera que siguieron viviendo hasta hoy en Jerusalén con los hijos de Judá. (Josué 15, 63)

  • Se dividirá el país en siete partes, pues Judá tiene su territorio al sur, y la gente de José, el suyo al norte. (Josué 18, 5)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina