Encontrados 56 resultados para: enfermo

  • En aquellos días, Ezequías cayó enfermo de muerte. El profeta Isaías, hijo de Amós, vino a decirle: «Esto dice Yavé: Dispón y arregla tus cosas, porque vas a morir.» (2 Reyes 20, 1)

  • En aquel tiempo, Merodac-Baladan, hijo de Baladan, rey de Babilonia, envió cartas y un regalo a Ezequías porque supo que había estado enfermo. (2 Reyes 20, 12)

  • El año treinta y nueve de su reinado, Asá enfermó de los pies, de una enfermedad muy grave. En su enfermedad no consultó a Yavé, sino a los médicos. (2 Crónicas 16, 12)

  • que se retiró a Jizrael para curarse de las heridas que había recibido en Ramá, en la batalla contra Jazael, rey de Aram. Ocozías, hijo de Joram, rey de Judá, bajó a Jizrael para visitar a Joram, hijo de Ajab, que se encontraba enfermo; (2 Crónicas 22, 6)

  • Y cuando se alejaron de él, dejándolo gravemente enfermo, sus servidores se conjuraron contra él, por la sangre del hijo del sacerdote Joyadá, y lo asesinaron en su cama. Lo sepultaron en la ciudad de David, pero no en el sepulcro de los reyes. (2 Crónicas 24, 25)

  • En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte; pero hizo oración a Yavé, que le habló y le otorgó una señal maravillosa. (2 Crónicas 32, 24)

  • Me dijo entonces el rey: «¿Por qué esa cara tan triste? Tú no estás enfermo. ¿Acaso estás preocupado por algo?» (Nehemías 2, 2)

  • El Señor lo acompaña en su lecho de dolor y le arregla la cama mientras está enfermo. (Salmos 41, 4)

  • Después cayó enfermo y comprendió que iba a morir. (1 Macabeos 1, 5)

  • Cuando recibió estas noticias, quedó aterrado, y se conmovió profundamente. Enfermó y quedó muy deprimido porque las cosas no le habían salido como él esperaba. (1 Macabeos 6, 8)

  • No te olvides de visitar al enfermo: ese tipo de cosas hará que se te quiera. (Sirácides (Eclesiástico) 7, 35)

  • Antes de hablar, infórmate, y cuídate antes de estar enfermo. (Sirácides (Eclesiástico) 18, 19)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina