Encontrados 407 resultados para: agua de la purificación

  • Me hizo salir por el pórtico norte y que diera la vuelta por el exterior hasta el pórtico este: el agua corría ahora a mi derecha. (Ezequiel 47, 2)

  • El hombre se alejó al oriente. Midió mil codos con la vara que sostenía en la mano, luego me dijo que atravesara el arroyuelo: el agua me llegaba apenas a los tobillos. (Ezequiel 47, 3)

  • Midió luego mil codos y me dijo que atravesara el arroyo; el agua me llegaba a las rodillas. Midió otra vez mil codos y me dijo que atravesara el estero: el agua me llegaba a la cintura. (Ezequiel 47, 4)

  • Me dijo: "Esa agua corre hacia la región este, desciende hacia la Arabá y desemboca en el mar Muerto para que sus aguas queden sanas. (Ezequiel 47, 8)

  • En las márgenes del torrente, desde principio a fin, crecerán toda clase de árboles frutales; su follaje no se secará, tendrán frutas en cualquier estación: Producirán todos los meses gracias a esa agua que viene del santuario. La gente se alimentará con sus frutas y sus hojas les servirán de remedio. (Ezequiel 47, 12)

  • «Te ruego que nos pongas diez días a prueba. Nos darás de comer legumbres y agua como bebida. (Daniel 1, 12)

  • Desde entonces, el sirviente retiraba la comida y el vino y les daba legumbres y agua. (Daniel 1, 16)

  • Porque si no, la desvestiré y la dejaré desnuda, y sin nada, como cuando nació; será entonces igual que un desierto, como tierra sin agua, y morirá de sed. (Oseas 2, 5)

  • Sí, puesto que su madre se ha entregado y ha perdido su decencia. Ella decía: «Déjenme partir con mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mis bebidas.» (Oseas 2, 7)

  • Y ustedes, hijos de Sión, alégrense en Yavé, su Dios, porque él les da la lluvia de otoño para la fertilidad y hace caer agua en otoño y primavera como antes. (Joel 2, 23)

  • En aquellos días los montes destilarán vino, y de las colinas manará leche; en todos los torrentes de Judá correrá el agua y una fuente saldrá de la Casa de Yavé para regar el valle de las acacias. (Joel 4, 18)

  • No les mandé la lluvia cuando faltaban tres meses para la cosecha, o bien hice llover sobre una ciudad mientras en otra no llovía; unos campos se regaron con la lluvia, pero otros, faltos de agua, se secaron. (Amós 4, 7)


“Não sejamos mesquinhos com Deus que tanto nos enriquece.” São Padre Pio de Pietrelcina