Encontrados 15 resultados para: adorno
Le quitó al dios Milcom su corona, que pesaba treinta kilos, y puso de adorno en su turbante una piedra pre ciosa que allí había. El botín que llevó de la ciu dad fue enorme. (2 Samuel 12, 30)
Jehú entró en la ciudad de Jezrael. Al saberlo Jezabel, se pintó los ojos, adornó su cabello y se asomó a la ventana. (2 Reyes 9, 30)
Se quitó el saco que vestía y, después de bañada, cambió sus vestidos de viuda por los de fiesta, que usaba cuando vivía su esposo Manasés; se echó perfumes, se peinó y se adornó la cabeza con una cinta; (Judit 10, 3)
Se levantó, se adornó con sus vestidos y todos sus adornos de mujer. Su sirvienta se le adelantó y extendió en el suelo, delante de Holofernes, la piel que Bagoas había dado a Judit para su uso diario y donde pudiera reclinarse para comer. (Judit 12, 15)
Se sacó sus vestidos de viuda para reanimar a los afligidos de Israel; adornó su rostro, (Judit 16, 7)
Su yugo será un adorno de oro, y sus cadenas, preciosas guirnaldas de púrpura violeta. (Sirácides (Eclesiástico) 6, 30)
El hombre sensato considera la instrucción como un adorno de oro, es un brazalete en su brazo derecho. (Sirácides (Eclesiástico) 21, 21)
Le puso una corona de oro por encima del turbante, con una inscripción en relieve: "¡Consagrado al Señor!" Era un adorno precioso, una obra espléndida que atraía las miradas de todos. (Sirácides (Eclesiástico) 45, 12)
¡Ay de esa ciudad, pretenciosa corona de los borrachos de Efraím, esplendido adorno de flores marchitas en lo alto del valle fértil! ¡Todos quedan tendidos por el vino! (Isaías 28, 1)
Su esplendido adorno de flores marchitas en lo alto del valle fértil será como la primera breva que madura, que, en cuanto uno la ve, la toma con la mano y se las come. (Isaías 28, 4)
Ese día, Yavé de los Ejércitos será para los que quedan de su pueblo esplendido adorno y joya magnífica. (Isaías 28, 5)
De la misma manera que un hombre se ciñe un cinturón a la cintura, así quise tener junto a mí a la gente de Judá para que fueran mi pueblo, mi honra, mi gloria y mi adorno, pero ellos no han escuchado.» (Jeremías 13, 11)