Encontrados 258 resultados para: Guerra

  • Reclutaron, pues, entre los israelitas, mil hombres por cada tribu, doce mil hombres armados para la guerra. (Números 31, 5)

  • El sacerdote Eleazar dijo a los hombres que habían ido a la guerra: «Esta es la Ley que Yavé ordenó a Moisés: (Números 31, 21)

  • Lo partirás en dos; la mitad, para los combatientes que fueron a la guerra, y la otra mitad, para toda la comunidad. (Números 31, 27)

  • Reserva como ofrenda para Yavé, de la parte de los combatientes que fueron a la guerra, uno por cada quinientos, sean hombres, bueyes, burros y ovejas. (Números 31, 28)

  • El botín, lo que quedaba de lo que la gente de guerra había saqueado, era de seiscientas setenta y cinco mil cabezas de ganado menor, (Números 31, 32)

  • Los jefes de las tropas de Israel que habían ido a la guerra, jefes de mil y de cien, se acercaron a Moisés (Números 31, 48)

  • pero tus siervos, todos los que llevan armas, pasarán delante de Yavé para ir a la guerra, como dice mi señor.» (Números 32, 27)

  • Pasamos, pues, el torrente de Zared. El tiempo que estuvimos caminando desde Cadés Barné hasta el paso del torrente fue de treinta y ocho años, hasta que hubo desaparecido del pueblo toda la generación de los hombres aptos para la guerra, como les había dicho Yavé. (Deuteronomio 2, 14)

  • Marchen, pues, y pasen el torrente de Arnón. Miren, yo pongo en manos de ustedes a Sijón, rey de Jesbón, el amorreo, y todo su país. Empieza, pues, desde ahora, a ocupar su tierra y a hacerle la guerra, (Deuteronomio 2, 24)

  • Cuando vayas a la guerra contra tus enemigos y veas caballos, carros y un ejército más numeroso que el tuyo, no les tengas miedo, porque está contigo Yavé, tu Dios, aquel que te sacó de Egipto. (Deuteronomio 20, 1)

  • ¿Hay alguien entre ustedes que haya plantado una viña nueva y que todavía no ha podido disfrutar de ella? Vaya y regrese a su casa, no sea que muera en la guerra y otro pase a ser dueño de ella. (Deuteronomio 20, 6)

  • Si no acepta la paz que tú le propones y te declara la guerra, la sitiarás. (Deuteronomio 20, 12)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina