Encontrados 73 resultados para: Gobernador
No pudiendo vencer a Onías, se fue a Apolonio de Tarso, gobernador de Celesiria y Fenicia, (2 Macabeos 3, 5)
Onías vio los peligros que entrañaba aquella rivalidad intolerable; incluso Apolonio, hijo de Menesteo, gobernador de Celesiria y Fenicia, instigaba a Simón al mal. Por eso fue donde el rey, (2 Macabeos 4, 4)
Después de la fiesta llamada de Pentecostés marcharon contra Gorgias, gobernador de Idumea. (2 Macabeos 12, 32)
se reconcilió con ellos, ofreció sacrificios, llenó de honores el Templo y se mostró generoso con el Lugar Santo. Se despidió del Macabeo y dejó a Hegemónides como gobernador desde Tolemaida hasta el país de los gueraínos. (2 Macabeos 13, 24)
Así como es el jefe así serán los ministros; así como es el gobernador de una ciudad así serán sus habitantes. (Sirácides (Eclesiástico) 10, 2)
O bien dirigirte a casa de Godolías, hijo de Ajigam y nieto de Safán, a quien el rey de Babilonia ha nombrado gobernador de las ciudades de Judá y quedarte a vivir con él, entre esta gente. En fin, anda a donde más te convenga.» En seguida, el comandante de la guardia le dio víveres y un regalo y lo despidió. (Jeremías 40, 5)
Todos los jefes de las guerrillas, que se mantenían con sus hombres en pie de guerra, se enteraron de que el rey de Babilonia había dejado a Godolías, hijo de Ajigam, como gobernador del país y que le había encomendado hombres, mujeres y niños, así como la gente común del país que no había sido desterrada a Babilonia. (Jeremías 40, 7)
Y el rey concedió a Daniel un cargo importante y le dio muchos y magníficos regalos. Lo hizo gobernador de toda la provincia de Babilonia y jefe supremo de todos los sabios. (Daniel 2, 48)
En el segundo año del reinado de Darío, el primer día del sexto mes, la palabra de Yavé fue dirigida por medio del profeta Ageo a Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, y a Josué, hijo de Josadac, sumo sacerdote, para que les dijera: (Ageo 1, 1)
que transmitiera el siguiente recado a Zorobabel, gobernador de Judá, y a Josué, sumo sacerdote, y a todo el pueblo en general: LA GLORIA DEL TEMPLO NUEVO (Ageo 2, 2)
Dile a Zorobabel, gobernador de Judá: «Voy a remecer los cielos y la tierra. (Ageo 2, 21)
Cuando ustedes traen para sacrificarla una bestia ciega, o cuando presentan una coja o enferma, ¿creen que actúan bien? Llévasela al gobernador a ver si queda contento o si te recibe bien, dice Yavé de los ejércitos. (Malaquías 1, 8)