Salmos, 5

Biblia Latinoamericana

2 Señor, escucha mis palabras, y a mi queja pon atención.

3 Presta oído a mi clamor, ¡oh mi rey y mi Dios! Pues a ti te imploro, Señor.

4 Desde la mañana oyes mi voz. Desde la mañana te hago promesas y me quedo a la espera.

5 Tú no eres un Dios al que le gusta la maldad, ni el malvado tiene en ti acogida.

6 Los insensatos no aguantan tu mirada, detestas a los que obran la maldad.

7 A los que hablan mentiras los destruyes: Odia el Señor a violentos y embusteros.

8 Pero yo por tu inmensa bondad puedo entrar en tu casa; frente a tu santo templo me prosterno con toda reverencia.

9 Señor, tú que eres justo, guíame: Frente a los que me espían abre ante mí un camino llano.

10 Pues nada de sincero hay en su boca y sólo crímenes hay en su interior. Para halagar tienen buena lengua, mas su garganta se abre para tragar.

11 Castígalos, oh Dios, como culpables, haz que fracasen sus intrigas; échalos por sus crímenes sin cuento, ya que contra ti se han rebelado.

12 Que se alegren cuantos a ti se acogen, que estén de fiesta los que tú proteges, y te celebren los que aman tu nombre.

13 Pues tú, Señor, bendices al justo y como un escudo lo cubre tu favor.




Versículos relacionados com Salmos, 5:

El Salmo 5 es una oración de David en busca de protección divina y orientación ante sus enemigos. Él llama a la justicia de Dios y confía en su fidelidad. Los siguientes son cinco versos relacionados con los temas cubiertos en este salmo:

Salmo 7:10: "Mi escudo está en Dios, que salva las rectas del corazón". David confía en la protección de Dios como un escudo contra sus enemigos y afirma que aquellos que son directamente de corazón son salvados por él.

Salmo 9:7: "Pero el Señor está entronizado para siempre; ha preparado su trono para juzgar". David grita por la justicia de Dios y cree que está sentado en su trono para juzgar correctamente.

Salmo 18:2: "El Señor es mi roca, mi fortaleza y mi liberador; mi Dios es mi roca, en quien me refugio. Él es mi escudo y el poder que me salva, mi torre". David expresa su confianza en Dios como su roca, fortaleza y liberadora, así como su escudo y protector.

Salmo 27:1: "El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es mi refugio y mi fortaleza; confiaré en él". David reconoce a Dios como su luz, salvación y refugio seguro, en quien confía sin miedo.

Salmo 55:22: "Entregue su camino hacia el Señor, confíe en él, y lo máximo hará". David alienta a otros a confiar en Dios, dándole sus caminos y preocupaciones, confiando en que hará lo mejor.


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