Znaleziono 116 Wyniki dla: sábado

  • En realidad, era la vigilia del sábado, y por esta causa no prosiguieron la persecución. (II Macabeos 8, 26)

  • Recogieron las armas y el botín de los enemigos y celebraron el sábado, no cesando de alabar y bendecir a Dios, que los había salvado en aquel día y había comenzado a manifestarles su misericordia. (II Macabeos 8, 27)

  • Cuando pasó el sábado, distribuyeron el botín entre los damnificados, las viudas y los huérfanos, y lo demás se lo repartieron entre ellos y los suyos. (II Macabeos 8, 28)

  • Judas reunió su ejército y lo llevó a Odolán. El día séptimo se purificaron, según la costumbre, y celebraron la solemnidad del sábado. (II Macabeos 12, 38)

  • Nicanor, enterado de que Judas y su gente andaban por Samaría, se dispuso a atacarlos con toda seguridad un día de sábado. (II Macabeos 15, 1)

  • Los judíos, que le acompañaban por la fuerza, le decían: "No intentes aniquilarlos tan feroz y tan salvajemente; ten respeto al día de sábado, honrado y declarado santo por aquel que todo lo ve". (II Macabeos 15, 2)

  • Pero el malvado preguntó si, en efecto, había en el cielo un poderoso que hubiera ordenado santificar el día del sábado. (II Macabeos 15, 3)

  • Feliz el hombre que esto hace y el hijo de Adán que se atiene a ello, que observa el sábado sin profanarlo y guarda sus manos limpias de todo mal. (Isaías 56, 2)

  • Y a los extranjeros que se entregan al Señor para venerarlo, amar su nombre y ser sus siervos; que guardan el sábado sin profanarlo, que se mantienen en mi alianza, (Isaías 56, 6)

  • Si te guardas de profanar el sábado, de tratar tus asuntos en mi día santo; si llamas al sábado delicia, glorioso al día consagrado al Señor; si lo glorificas evitando los viajes, no tratando negocios ni arreglando asuntos, (Isaías 58, 13)

  • Cada luna nueva y cada sábado vendrá todo el mundo a prosternarse ante mí -dice el Señor-. (Isaías 66, 23)

  • Esto dice el Señor: Si queréis salvar la vida, guardaos de transportar carga en día de sábado y de pasarla por las puertas de Jerusalén. (Jeremías 17, 21)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina