Znaleziono 72 Wyniki dla: guardia

  • Entretanto los madianitas lo habían vendido en Egipto a Putifar, eunuco del Faraón y capitán de la guardia. (Génesis 37, 36)

  • José había sido llevado a Egipto. Putifar, egipcio, eunuco del Faraón y capitán de la guardia, se lo compró a los ismaelitas que lo habían llevado allí. (Génesis 39, 1)

  • y los encarceló en casa del capitán de la guardia, en la cárcel donde José estaba detenido. (Génesis 40, 3)

  • El capitán de la guardia los confió al cuidado de José, que les servía. Y así estuvieron cierto tiempo en la cárcel. (Génesis 40, 4)

  • Irritado el Faraón contra sus servidores, nos había metido en la cárcel, en casa del capitán de la guardia, a mí y al primer panadero. (Génesis 41, 10)

  • Había allí, con nosotros, un joven hebreo, esclavo del capitán de la guardia. Nosotros le contamos nuestros sueños, y él nos dio a cada uno la interpretación de su sueño. (Génesis 41, 12)

  • le avisó: "Mi padre, Saúl, trata de matarte; ponte en guardia mañana por la mañana; vete a un lugar oculto y escóndete. (I Samuel 19, 2)

  • Ajimélec respondió al rey: "¿Quién entre todos tus siervos es semejante a David: fiel, yerno del rey, jefe de tu guardia y honrado en tu casa? (I Samuel 22, 14)

  • Después dijo a los guardias que estaban junto a él: "Matad a los sacerdotes del Señor, porque también ellos han prestado ayuda a David; pues sabiendo que había huido, no me avisaron". Pero la guardia del rey no quiso poner su mano sobre los sacerdotes del Señor. (I Samuel 22, 17)

  • David se apoderó de los escudos de oro que llevaba la guardia de Hadadézer y los llevó a Jerusalén. (II Samuel 8, 7)

  • Después de esto, Absalón se procuró un carro y caballos y una guardia de cincuenta hombres. (II Samuel 15, 1)

  • David entró en su palacio, en Jerusalén. Y el rey tomó a las diez concubinas que había dejado para guardar el palacio y las puso bajo su guardia. Él proveyó a su sustento, pero no volvió a tener relaciones con ellas, y estuvieron encerradas, como viudas, hasta el día de su muerte. (II Samuel 20, 3)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina