Znaleziono 470 Wyniki dla: Sacerdote

  • Pero si la llaga cambia, volviéndose blanca, el afectado ha de presentarse al sacerdote. (Levítico 13, 16)

  • pero si en su lugar aparece un tumor blanco, o una mancha blanca y rojiza, entonces la persona tendrá que presentarse al sacerdote. (Levítico 13, 19)

  • Este la examinará y, si la mancha parece hundida en la piel y su pelo se ha vuelto blanco, el sacerdote la declarará impura: una llaga de lepra se ha desarrollado en la úlcera. (Levítico 13, 20)

  • Pero, si el sacerdote ve que no hay pelo blanco en la mancha ni está hundida en la piel, y que se ha secado, recluirá la persona por siete días. (Levítico 13, 21)

  • Si entonces la mancha se extiende por la piel, el sacerdote declarará la persona impura; es un caso de lepra. (Levítico 13, 22)

  • Si, en cambio, la mancha no se ha extendido, es la cicatriz de la úlcera; el sacerdote declarará la persona pura. (Levítico 13, 23)

  • el sacerdote la examinará; si el pelo se ha vuelto blanco, y la mancha parece hundida en la piel, es que se ha producido lepra en la quemadura. El sacerdote declarará la persona impura: es un caso de lepra. (Levítico 13, 25)

  • Pero, si la mancha no se ha extendido y ha perdido color, se trata de la costra de la quemadura; el sacerdote declarará la persona pura, pues es la cicatriz de la quemadura. (Levítico 13, 28)

  • el sacerdote examinará la llaga, y si ésta parece hundida en la piel, y si hay en ella pelo amarillento y más ralo, el sacerdote lo declarará impuro; es tiña, o sea, lepra de la cabeza o de la barbilla. (Levítico 13, 30)

  • Pero, si el sacerdote ve que la llaga no parece hundida en la piel y no hay en ella pelo amarillo, recluirá la persona por siete días. (Levítico 13, 31)

  • Al séptimo día el sacerdote examinará el mal, y, si no se ha extendido la tiña y no hay pelo amarillento, ni la llaga parece más hundida que la piel, (Levítico 13, 32)

  • aquella persona se afeitará menos en el lugar de la tiña, y el sacerdote la recluirá otra vez por siete días. (Levítico 13, 33)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina