Fondare 129 Risultati per: regreso de los setenta
Moisés salió fuera y comunicó al pueblo las palabras del Señor. Reunió a los setenta ancianos del pueblo y los puso alrededor de la tienda. (Números 11, 24)
El Señor bajó en la nube y habló a Moisés. Tomó una parte del espíritu que tenía Moisés y se la dio a los setenta ancianos. Cuando el espíritu se posó sobre ellos se pusieron a profetizar, pero no continuaron. (Números 11, 25)
Partieron de Mará y llegaron a Elín, donde había doce fuentes y setenta palmeras; allí acamparon. (Números 33, 9)
Al regreso llorasteis ante el Señor, pero el Señor no escuchó vuestro lamento ni os prestó atención. (Deuteronomio 1, 45)
Adonisedec dijo: "Setenta reyes, cortados los pulgares de pies y manos, recogían las migajas debajo de mi mesa; Dios me paga con la misma medida". Fue llevado a Jerusalén, y allí murió. (Jueces 1, 7)
apresó a un joven de Sucot, le preguntó, y él le dio por escrito los nombres de los jefes de Sucot y de sus ancianos: setenta y siete hombres. (Jueces 8, 14)
Gedeón tuvo setenta hijos, pues tenía muchas mujeres. (Jueces 8, 30)
"Haced saber, por favor, a todos los nobles de Siquén: ¿Qué es mejor para vosotros: ser gobernados por setenta hombres, todos los hijos de Yerubaal, o ser gobernados por uno solo? Pensad, además, que yo soy hueso vuestro y carne vuestra". (Jueces 9, 2)
Y le dieron setenta monedas de plata del templo de Baal Berit. Con ellas Abimelec pagó el sueldo a mercenarios y aventureros que le siguieron. (Jueces 9, 4)
Fue a casa de su padre, a Ofrá, y mató a sus hermanos, los hijos de Yerubaal, setenta hombres, sobre una misma piedra. Sólo se salvó Jotán, el hijo menor de Yerubaal, porque se había escondido. (Jueces 9, 5)
y vosotros os habéis levantado hoy contra la casa de mi padre, habéis matado a sus hijos, setenta hombres, sobre la misma piedra, y habéis puesto por rey sobre los nobles de Siquén a Abimelec, el hijo de una esclava suya, porque es vuestro hermano; (Jueces 9, 18)
para que el crimen cometido contra los setenta hijos de Yerubaal y su sangre cayese sobre Abimelec, su hermano, que los había matado, y sobre los nobles de Siquén, que le dieron el poder para matar a sus hermanos. (Jueces 9, 24)